Un gobierno de 84 días
El 31 de mayo de 1931 y tras haberse cambiado el nombre de la calle Alfonso XII por el de República[1], se celebran las elecciones municipales en Doña Mencía con el triunfo del Partido Comunista. De nuevo el Centro Obrero abrirá sus puertas a principios de junio y con fecha del 3 de este mes se envía una comunicación a la alcaldía -firmada por José Mª Úbeda Montes, como presidente, y Manuel Moreno Rosa, como secretario – informando sobre el orden del día del la sesión extraordinaria que se celebrará al día siguiente.
En la sesión constitutiva del nuevo ayuntamiento, celebrada el 5 de junio de 1931 aparece la relación de todos los concejales, ninguna mujer, con los votos obtenidos por cada uno de ellos.
Concejales | Nº de votos |
Dionisio Urbano Moreno, comunista | 486 |
Vicente Polo Jurado, comunista | 486 |
Manuel Moreno Rosa, comunista | 484 |
Francisco Gómez Sánchez, comunista | 484 |
José Mª Úbeda Montes, comunista | 280 |
Rafael Aceituno Jiménez, socialista | 271 |
Diego Priego Salamanca, socialista | 268 |
Juan Cubero Jurado, republicano | 123 |
Julián Vargas Sequeira, republicano | 122 |
Manuel Priego Ruiz, republicano | 121 |
Vicente Cantero Aceituno, republicano | 120 |
Juan Navas Jiménez, republicano | 104 |
Francisco Recio Moreno, republicano | 91 |
Y antes de dar paso a la elección del nuevo alcalde, a propuesta del saliente, Francisco Güeto Vargas, se dio un “viva a la República, se hicieron votos por su consolidación y esperando llegue ésta a su perfeccionamiento para satisfacer los anhelos de todos y, en especial, el de las clases modestas”. Aquellos anhelos, desgraciadamente, no se cumplieron.
Manuel Moreno Rosa, con 7 votos a favor y 6 en blanco, resultará elegido alcalde democrático de Doña Mencía; con el mismo resultado saldrán elegidos como tenientes alcaldes Dionisio Urbano Moreno (primer) y Rafael Aceituno Jiménez (segundo); el síndico será Francisco Gómez Sánchez y Vicente Polo Jurado será el depositario. Los cargos más significativos del Ayuntamiento serían ocupados por los concejales más votados, en representación del incipiente Partido Comunista, y, todos ellos, miembros de la Sociedad Obrera de Oficios Varios de Doña Mencía, aunque en la misma también había obreros de tendencia socialista.
La nueva Corporación presidirá el Ayuntamiento de Doña Mencía durante escasos tres meses -sólo ochenta y cinco días duró la experiencia izquierdista en Doña Mencía durante la II República-, pues a raíz de los sucesos que se produjeron el 6 de septiembre de 1931, y de los que hablaremos más a, será depuesto por orden gubernativa el gobierno municipal. Mientras tanto, vamos a comentar algunas de las medidas que puso en marcha la nueva corporación, encaminadas, fundamentalmente, a paliar la angustiosa situación de los jornaleros mencianos e impulsar la educación, además de otros gestos relacionados con el carácter laicista de la naciente República como el cambio de nombre de las calles del pueblo con rótulos de santos, retirar la subvención que se venía abonando a las religiosas de Cristo Rey y ampliar el cementerio civil del pueblo, y todo ello, en un ambiente de gran virulencia social en toda la provincia como han descrito otros historiadores.[1]
En la primera sesión del 10 de junio de 1931 se concede permiso a José Úbeda Montes y a Rafael Aceituno Jiménez para que se ausenten del pueblo y acudan a la siega en la campiña, como era tradicional entre los jornaleros mencianos de la época, se acepta la dimisión del republicano Juan Navas Jiménez, como recaudador del repartimiento de contribuciones especiales para construir el camino vecinal de Doña Mencía a Nueva Carteya; se constituyen las distintas comisiones municipales (Hacienda, Abastos y Mataderos, Fomento, Policía Urbana y Rural y Varios que incluía el Pósito y Cementerios); son confirmados en sus puestos los tres alcaldes de barrio –Plaza, Pósito y Reñidero- y se toman otras medidas entre las que sobresale la concesión de 500 pesetas a cargos de imprevistos para ayudar a los obreros parados, y el “arreglo de las calles y caminos vecinales locales para invertir el mayor número de brazos parados –Cruz de los Arrieros, Mina, Recodos, Sta. Catalina y otras-“.
[1] BARRAGÁN MORIANA, A. “Realidad política en Córdoba, 1931”. Diputación de Córdoba. Córdoba. 1980; MORENO GÓMEZ, F. “La República y la Guerra Civil en Córdoba (I). Córdoba. 1982; PÉREZ YRUELA, M. “La conflictividad campesina en la provincia de Córdoba. 1931-1936”. Ministerio de Agricultura. Madrid 1979.
[1] La calle Arriba, que así sigue llamándose entre los mencianos, es la calle del pueblo que más veces ha cambiado de nombre. Arriba, Alfonso XII, República, José Antonio Primo de Rivera y Antonio Machado tras el advenimiento de la democracia en España en 1978.
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