domingo, 9 de diciembre de 2007

Regocijo de toros en Doña Mencía

Ya hablamos en otra ocasión de las fiestas -no han sido muchas, todo hay que decirlo- de toros celebradas en nuestro pueblo. Pero esto de los toros viene de lejos. En el acta capitular del 25 de abril de 1650 se dice que a instancias del corregidor de la villa se disponga “para la fiesta del señor San Pedro Mártir algunos capeos”. Y como los miembros del cabildo municipal de aquellos tiempos eran tan ahorradores como los de ahora y teniendo en cuenta que si se buscaba a los potenciales capeadores fuera de la villa ello “causaría mucha costa”, sobre todo cuando para el “regocijo hay labradores en esta villa que dan algunos capeos” –siempre ha habido jóvenes atrevidos en el pueblo- “y caso –continua- que en la plaza donde se librase se desgraciare alguno de ellos –que todo pude pasar- este Concejo los satisfará”. Fueron nombrados diputados de la fiesta el jurado Alonso Felipe Romero y Lucas de Vera “para que los dichos capeos los traigan a la plaza de esta villa” (la del Pradillo). En otras ocasiones, como ocurrió siete años después, y como se conserva en una hoja suelta de las actas capitulares de 1657, con motivo de una grata noticia del señor de la villa, duque de Sessa y Baena, “se hizo fiesta y regocijo” también, y este caso acompañado de “fuegos y cohetes y una procesión general en la Iglesia de María Santísima de la Concepción con su máscara”. Ya hablaremos aquí de algunos aspectos interesantes de las fiestas del pasado en nuestro pueblo.

1 comentario:

Juan G. N. dijo...

Leyendo Cartas de España, de José Blanco White, he llegado hasta aquí, consultando en internet la palabra rogocijo. Esto escribía el gran liberal sevillano en sus famosas Cartas de España:

"Plazas como ésta se pueden ver en todas las grandes ciudades españolas y parece que se construyeron con el fin de celebrar torneos y una especie de corridas de toros menos crueles y sangrientas que las que tiene lugar en las plazas de toros y que llevan el nombre de regocijos".