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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Microbiografías y memoria democrática

 Cartel: Carmelo López de Arce


Con motivo de las pasadas XIV Jornadas de Historia Local, celebradas en Doña Mencía, el 9 de noviembre de 2012 se celebró una charla con alumnos y alumnas de 4º de la ESO del IES Mencía López de Haro en la que se comentó el cuaderno de biografías de personas de Doña Mencía que fueron víctimas de la Guerra Civil y de la posterior represión franquista. En este enlace podéis descargaros el documento en pdf.

viernes, 26 de octubre de 2012

Semblanza de Antonio (Francisco) Montes Navas II

Antonio (Francisco) Montes Navas figura en la lista de “los mozos que han estado en zona roja” entre los miembros de la quinta de 1929, en la que figuran también, Fermín Gómez Sevillano –exiliado en Francia-, la de Marcelo Navas Caballero –muerto en Gusen en diciembre de 1941, la de Gregorio Porras Moreno, la de Ramón Priego Salamanca, muerto en 1947 en Baena por la Guardia Civil y acusado de colaborar con la partida de maquis, la de Domingo Poyato Jiménez, el padre de Jose Poyato, mi amigo, la de Antonio Córdoba Moreno, -también exiliado en Francia- tío de Pedro Córdoba, la de Francisco Flores Montes, la de Manuel Barba Montañéz, Santiago Güeto Urbano –detenido en Montilla-, de Antonio Gómez Moreno, detenido en Córdoba, José Priego Cubero, exiliado en Francia y cuyo datos también aparecen en la base del centro Documental de Memoria Histórica, Manuel Priego Gómez, detenido en Cabra, etc.
Tras “colocar” a su tío en Jaén, a donde fueron también muchas mujeres de Doña Mencía, Antonio (Francisco) se enrola en el ejército republicano en Jaén. Desde Úbeda, junto a Manuel Perrete, a Ciudad Real, en un escuadrón de enlaces, donde coincidió con el maestro don Alejandro Alcaide Redondo, Pedro Córdoba y Pedro Durazno, para participar en la batalla de Guadalajara luchando contra los italianos –también había muchos marroquíes con ellos, me recuerda- y después en Albarracín, donde nace el Tajo, apunta. Todos los meses enviaba dos cartas a mi mujer y a mi familia a través de la Cruz Roja Internacional.

Una vez terminada la guerra y tras pasar un mes en la cárcel de Alcalá de Henares -¡Allí si que se fusilaba a gente! Me decía Antonio-, acompañado de otro soldado de Jaén y de Vicente Porras, de Doña Mencía, se montaron en el tren en Espeluy. Venía vestido de soldado con sus leguis y una carpeta, que le quitaron al llegar a Doña Mencía.

Cuando volvimos de la guerra no nos querían dar trabajo, querían que nos muriéramos de hambre. Vino un hombre de Córdoba y dijo: Mis cortijos -por encima de Torres Cabrera (Torres Guajil)- tienen que ser segados por los rojos. Y allí fuimos. Al regreso ya no íbamos a trabajar y todas las noches íbamos al Cuartel y cantábamos el cara el sol en el patio... o al José Antonio, en la calle Juan Valera. Pasábamos lista en la plasituela. y nos obligaban a cantar el Cara el sol también en la plaza abarrotada de mujeres en los balcones, con el uno del pueblo dirigiendo hasta que llegó un teniente y aquello se acabó.

En enero de 1940, en medio de las aceitunas, nos llevaron a San Roque. En total fuimos cerca de 100 hombres de Doña Mencía. “Allí estuve cinco meses y medio trabajando de barbero. Tenía pase y conseguía comida en los barcos. Estábamos cerca de la estación y los domingos,” recuerda” había plaza. Allí coincidí con Rafael Muñoz, El ajero, con Laureano Muñoz Jiménez (Rompehigos) y con Zerote, Manuel, el más valiente de todos”.

Y no para de hablar y quiere que me calle y le escuche, que me quiere contar muchas cosas de las que ha vivido. Me habla de que estuvo muchos años trabajando con los Vergara acarreando sacos... y me cuenta más cosas del pueblo... Me habla de don Carlos Toro, de don Pedro Membrillo y de otras personas de las que nunca había oído historias...


Pero hoy, decía al principio, no solo celebramos el 104 cumpleaños de Antonio (Francisco) Montes Navas sino que de algún modo con ello también estamos haciendo un merecido homenaje a toda la generación de hombres y mujeres de Doña Mencía que fueron víctimas de la crueldad de la guerra y la posguerra franquista. Muchos no sobrevivieron a la misma y otros se vieron obligados a salir del pueblo para no volver jamás. Otros regresaron al término de la guerra sufriendo los efectos de la represión. Pero Antonio ha tenido el privilegio de conocer años mejores y de disfrutar de la compañía de los suyos, por lo que puede considerarse una persona afortunada. Los que estamos aquí nos alegramos de ello y le agradecemos los recuerdos que nos ha regalado. Por ello le deseamos un feliz cumpleaños y esperamos verle de nuevo un año más para celebrar el 105 aniversario. ¡Y que nos siga contando cosas del pueblo, de nuestras gentes, o sea de nosotros!

Gracias Antonio (Francisco) y ¡Feliz cumpleaños!

Semblanza de Antonio (Francisco) Montes Navas I


Foto: Antonio (Francisco) Montes Navas. Álbum familiar.


Semblanza de Antonio (Francisco) Montes Navas con motivo de su 104 cumpleaños

Antonio (Francisco) Montes Navas nació en Doña Mencía en octubre de 1908, poco después de que Genaro fuese indultado tras cometer en el verano de 1906 un cuádruple asesinato en la calle Baena, poco más arriba de donde vive ahora Antonio. Hoy estamos aquí para celebrar su 104 cumpleaños lo que es un gran motivo de alegría para él, para su familia, y para todos los que le acompañamos. No es muy frecuente ver a una persona centenaria dirigirse todos los días – o casi todos- ayudado de su andador por la mañana hacia el parque para charlar con los jóvenes -bueno, son gente mayor, pero en realidad a su lado todos son jóvenes-. Y, si puede, tampoco falta al café de la tarde en el bar de Carriles.
Pero hoy no solo celebramos su 104 aniversario. De algún modo, Antonio (Francisco) se ha convertido en testigo inteligente de ese pasado que muchos quieren olvidar, de un siglo cuyas cicatrices no sé si todavía hemos cerrado de verdad.

¿Francisco o Antonio? El se enteró que se llamaba Antonio cuando fue llamado a filas en el año 1929. Lo del nombre viene del encargado del registro, un tal Maroño, que ponía el nombre que le daba la gana. “Me aburría en la escuela y no aprendí a leer”, me decía el verano de 2011, “A mí lo que me gustaba era jugar a las cartas y desde los 10 años estuve sirviendo con los segaores en la Campiña. Así durante cuatro años. Con 15 años cogí unas calenturas, paludismo, dijeron. Menos mal que mi tío Manuel me llevó a Aguilar y con quinina me la quitaron. En aquella época estaba trabajando el cortijo de Camarero cerca de Los Cansinos”. Y salió, como no, el nombre de su tío Manuel Montes Priego, junto al que aparece en una gran fotografía que tiene en la salita de estar de su casa. “Yo llevo siempre una foto de mi tío en el bolsillo”, afirma Antonio, “Fue como un padre, para mí”, añade.

Manuel Montes Priego es, sin duda, una de las personas más relevantes de la historia de Doña Mencía del siglo XX. Junto a los Güeto y Cejudo su nombre está ligado al movimiento republicano de Doña Mencía en el primer tercio de siglo pasado, jugando un papel muy activo dentro del mismo. Fue secretario de El Progreso Agrícola de Doña Mencía ya en 1903 y tras proclamarse la II República, el 14 de abril de 1931, formó parte junto a Juan Navas y Antonio Muñoz de la gestora republicana que se constituyó en el pueblo, bajo la presidencia de Francisco Güeto Vargas, como alcalde interino.

Vecino de la calle Granada 42, su nombre figura el primero de la lista de los huidos del pueblo al comienzo de la guerra -“se dice marchó a Jaén”. Era una persona culta, elegante e instruida. Fue corresponsal de la revista Las Dominicales y se conservan muchos de los artículos enviados a dicha revista en la que narra las peripecias de los republicanos mencianos. En una de las noticias publicadas se comenta que la autoridad le prohibió que impartiera clases nocturnas a los trabajadores de Doña Mencía. Tenía un acordeón y sabía tocar la bandurria acompañando con su música los bailes de las Pérez Sastra. “Valía muchos dineros lo que se llevaron de su casa, una vez ocupada Doña Mencía por las fuerzas franquistas: libros, mesa de bufete, y otros enseres. El sargento Berlanga, dicen, fue el que se llevó todo lo de valor de la casa de mi tío”, me comentó Antonio, al que siempre protegió, tanto a él como a su familia. Por eso, tras huir Antonio de Doña Mencía, como uno más de los centenares de mencianos que se “ausentaron” -según el listado que se envió a Queipo de Llano- del pueblo, regresaría para llevarse a su tío a Jaén en donde permanecería durante toda la guerra encargándose de la contabilidad del hospital de Jaén.

Manuel Montes Priego regresó a Doña Mencía tras la guerra y sería encarcelado en Cabra y Montilla en donde murió. Algunos dicen que envenenado. Este verano encontraba un nuevo documento en nuestro archivo sobre la relación de individuos procedentes de la zona roja y los haberes de los mismos “que han causado estancias en el depósito municipal” (o sea en la cárcel del pueblo). Entre ellos figura también Manuel Montes Priego, al que provisionalmente se le permite estar en su casa al encontrarse enfermo.

martes, 7 de diciembre de 2010

Don Carlos de Toro Soulé, maestro de Doña Mencía, 02

Diario de Córdoba, 5 de octubre de 1922.
Fuente: Prensa Histórica

La primera referencia que encontramos sobre Carlos de Toro Soulé en las hemerotecas digitales antes citadas aparece en la edición del 30 de marzo de 1908 del Diario de Córdoba en cuya primera página se indica que ha sido nombrado maestro de una escuela de Baena por el Rectorado de la Universidad de Sevilla. Cinco años más tarde sería nombrado auxiliar de una escuela de Doña Mencía, según consta en la edición del 18 de enero de 1913 de este mismo periódico. Ese mismo año, El Defensor de Córdoba, en la edición del 12 de septiembre, publicará una breve columna firmada por Carlos de Toro titulada EDUCACIÓN E INSTRUCCIÓN, en la que, tras hacer constar que es “ notorio que el pueblo español carece de la educación e instrucción que debiera tener”, hace un defensa encendida de la escuela pública al alcance de todos y que el día en que, finaliza, “se consiga que cada calle tenga una escuela, ese día sobrarán, seguramente la mayoría de los establecimientos penales”. Hay referencias a su permanecia en Guadalcázar y a sus idas a Doña Mencía, como la que se registra en la edición del 20 de enero de 1920 de El Defensor de Córdoba, cuando se publica una breve crónica, bajo el título de “La odisea de un maestro”, en la que se expone el lamentable estado en que don Carlos de Toro, su esposa e hijos pasan una temporada en Doña Mencía al no disponer de casa en Guadalcázar. A mayor desgracia se añade que durante el viaje le han robado el equipaje y que sus hijos han llegado enfermos debido “a la crudeza del tiempo y a lo largo del trayecto y todo es debido”, puntualiza el corresponsal menciano, “a la mala interpretación de algunos alcaldes que no quieren comprender que los maestros tiene derecho a casa-habitación decente y capaz”.

Diario de Córdoba, 24 de enero de 1924.
Fuente: Prensa Histórica

Hay varias referencias, como decíamos arriba, a su estancia en Guadalcázar, pero desde 1922, su vida estuvo ligada a Doña Mencía, donde impulsaría una intensa actividad cultural. Así, en la portada del Diario de Córdoba de la edición del 16 de enero de 1924 se publican dos referencias al respecto: la parte superior de la columna se refiere a “La Mutualidad Escolar de Doña Mencía” y más abajo -dicha noticia se repite también en la edición del 22 de enero- y con el título de “A los amantes de la Escuela y sus instituciones”, se habla del intento de don Carlos de Toro y de don Amancio Negral para establecer una biblioteca popular, “deseosos de elevar el espíritu, todo lo posible y velando por la más completa educación cultural de sus alumnos”, por lo que suplican que “los amantes de lo bueno donen algunos libros para dicha biblioteca”. La noticia referida a la Mutualidad escolar “Obispo Cubero”, que así se llamaba, es más extensa y en la misma se afirma que “la simpática institución, cuyos fines altruistas y donativos son de todos conocidos” ha sido “acogida con entusiasmo por las personas de más valía (sic) de la localidad”. A continuación se enumeran las aportaciones de dichas personas, comenzando por don Francisco Barea, abogado y exgobernador que aportó 30 pesetas y terminando por Modesto González Martínez que solo pudo donar 2 (modestas) pesetas. La Junta Directiva estaba presidida por el principal impulsor, don Carlos de Toro con don Amancio Negral actuando de secretario.


Diario de Córdoba, 24 de enero de 1924.
Fuente: Prensa Histórica

El 19 de noviembre de ese mismo y también en una de las columnas de la primera página del diario citado más arriba, se habla con cierta extensión del curso de conferencias para adultos que se está celebrando en el salón de clase de la Nacional de niños de Doña Mencía. La primera conferencia, con “el local completamente lleno, pasando de ciento el número de alumnos”, fue impartida por “el farmaceútico y digno alcalde” don Juan Güeto Roldán, quien siempre se destacó, como la mayoría de los miembros de su familia, de tendencia republicana, por sus críticas a la chata política municipal de aquellos años. En diciembre del año anterior, según consta en las actas de la época, expresó en la reunión del Concejo Municipal que “hubiese un reloj público que no funciona”, así como el mal estado de las escuelas del pueblo y el abandono de los maestros. En la misma sesión, pidió la prohibición de una rifa “que actualmente está instalada en la vía pública”.


Diario de Córdoba, 19 de noviembre de 1924.
Fuente: Prensa Histórica

En la sesión del 18 de septiembre de 1925, renunciaría al cargo de concejal. En aquel acto de noviembre de 1924, según consta en la crónica enviada por el corresponsal menciano, el alcalde “dio una vez más pruebas de su amor e interés por la Escuela y al concluir entregó veinticinco pesetas a los maestros, con objeto de que adquieran para los adultos doce ejemplares del libro “Corazón” de Amicis, la historia de aquel Pedro que vimos en la televisión de los años 80.

Ya vimos más arriba la referencia a la fiesta del libro de 1929 y los magníficos resultados obtenidos por los alumnos de enseñanza libre, ente los que figura Carlos de Toro Campos, hijo de don Carlos. Días antes en que se proclamara la República, don Carlos de Toro Soulé junto al otro maestro nacional del pueblo, don Ernesto Martín, figuraban entre los representantes de las fuerzas vivas del pueblo que asistieron al acto de entrega celebrado en la mañana del domingo de ramos -5 de abril- del pago del subsidio de maternidad. Se entregaron 50 pesetas “a cada obrera, las que satisfechas y llenas de alegría acogieron el premio que el Estado les concede”. Al final del acto, todos los presentes fueron obsequiados por el señor Campos, diputado provincial, “con exquisitos vinos y excelentes empapantes”. POLÍTICA, 10 de abril de 1931. Página 6.

POLITICA, 10 de abril de 1931.
Fuente: Prensa Histórica

En los próximos días, en cuanto dispongamos de más materiales sobre don Carlos de Toro Soulé haremos un nueva entrada en este blog.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Don Carlos de Toro Soulé, maestro de Doña Mencía, 01


Curso 1929/30. Carlos de Toro Soulé y sus alumnos de enseñanza libre.
Doña Mencía. Foto del álbum de Carlos de Toro Luque.


a Carlos de Toro Luque, su nieto


Conocí a Carlos de Toro Luque en mi época de estudiante a comienzos de los años 70 del pasado siglo. Después concidiríamos, ya como compañeros de claustro, en el Instituto Averroes de Córdoba a finales de los 80 en el que, ambos, por necesidades del servicio, nunca mejor dicho, nos tocó llevar las riendas de ese centro docente tan maravilloso, por el profesorado que allí enseña y, también, ¡como no!, por su alumnado. En los últimos años, el trabajo nos ha unido de nuevo y ha servido para consolidar unos lazos de amistad y de respeto hacia su persona. Si en los inicios, Carlos de Toro me hablaba de su familia menciana y del buen vino de la bodega Luque, poco a poco hablabámos cada vez con mayor frecuencia de su abuelo, Carlos de Toro Soulé, maestro en la Doña Mencía del primer tercio del sifglo XX, del que conservaba una importante cantidad de materiales, tanto fotografías como tareas de los alumnos que pasaron por su aula. Hace unos días Carlos de Toro Luque me mostró la imagen que adjuntamos y en la que vemos a su abuelo junto al grupo de alumnos que recibían enseñanza por libre. En una próxima entrada os mostraremos más imágenes de los materiales que todavía conserva Carlos de Toro, su nieto.

Diario de Córdoba, 10 de octubre de 1929. Página 3.
Fuente: Web de Prensa Histórica. MCU.

La fotografía corresponde al curso 1929/30, según está escrito en el reverso de la misma, y en ella vemos al fondo en el centro y presidiendo la escena a don Carlos de Toro Soulé junto a otro joven trajeado -¿es el otro maestro apellidado Negral?- y a su izquierda a Carlos de Toro Campos, su hijo. Entre los otros alumnos se puede indentificar a Juan Luque Albañil, a la izquierda del grupo que se casará con la hija de don Carlos de Toro Soulé, Lola Luque. ¿Podemos identificar al resto? Seguro que José Jiménez, nuestro buen amigo será capaz de ello. Sólo sabemos que en la edición del 10 de octubre de 1929, del Diario de Córdoba, y en la página 3, se publica una reseña sobre la celebración en Doña Mencía, de La Fiesta del Libro, en la que, las “escuelas nacionales, vestidas de limpio, se han visto llenas de alumnos que concurren deseosos de adquirir su preciado libro que guardan con ansiedad... “. Después se refiere el corresponsal menciano a las “notorias ventajas que el libro bueno reporta en los escolares y en su familia”. Por tal motivo el Ayuntamiento ha repartido entre las cuatro escuelas del pueblo “unos trescientos volúmenes muy instructivos y propios para el objeto de la Fiesta”. Pero lo más interesante, para saber quiénes son los demás alumnos de enseñanza libre, viene al final de la crónica al citar todos los nombres de los mismos, quienes han obtenido ocho sobresalientes y veintinueve aprobados -¡para que aprendan los de ahora!-. Estos son sus nombres, precedidos con el correspondiente don, por supuesto: don Antonio Poyato Blanco, que no dejaría buena estela en nuestro pueblo, don Carlos de Toro Campos, su hijo citado más arriba, don Manuel Ruiz Contreras, don Antonio Luque Urbano, don Juan Santiago Moreno, don Julián Muñoz Valentín, don Juan Luque Albañir (sic) y don Juan Priego Moreno.

¿Quién fue Carlos de Toro Soulé? Muchos mayores mencianos me habían hablado de él, así como de don Alejandro Alcaide Redondo, que sería depurado tras la guerra civil. Don Carlos de Toro Soulé formó parte de la comisión gestora municipal republicana de Doña Mencía bajo la alcaldía de Francisco Ortiz Gan, don Paco, tras los sucesos de la manifestación del 6 de septiembre de 1931 en el que sería destituido el alcalde democrático Manuel Moreno Rosa así como todos los miembros de su corporación. Carlos Toro sería el sindico municipal hasta que sea aceptada su petición de dimisión que reclama en la sesión del 30 de septiembre de 1933.

En los materiales de las diversas hemerotecas digitalizadas, la de la Biblioteca Nacional, así como la de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura, fundamentalmente, hemos encontrado referencias de interés sobre su vida, su huella en las escuelas de Guadalcázar y Doña Mencía, y también sobre su obra. De ello hablaremos en la próxima entrada.



sábado, 27 de noviembre de 2010

PANELES DE LA EXPOSICIÓN DE LAS XII JORNADAS DE HISTORIA LOCAL

Aunque con bastante retraso os adjunto la relación de paneles sobre distintas biografías que se expusieron en las pasadas XII JORNADAS DE HISTORIA LOCAL SOBRE MEMORIA HISTÓRICA, celebradas en la Casa de la Cultura de Doña Mencía durante los días 5, 6 y 7 de noviembre de 2010.

RELACIÓN DE BIOGRAFÍAS:

01. Manuel Roldán Jimeénez.
02. Hermanos Moreno Rosa.
03. Don Alejandro Alcaide Redondo.
04. Ramón Priego Salamanca.
05. Fermín Gómez Sevillano.
06 y 07. Mujeres mencianas.
08. Antonio y Manuel Montes.
09. Gerardo Tapia Sequeira.
10. Andrés Priego Ojeda.
11. Pedro Navas Caballero.
12. José Lama y Manuel Caballero Montes.
13. Rafael Muñoz Moreno.

En este enlace podéis acceder a una web en la que se alojarán diversos materiales sobre la historia de Doña Mencía.

martes, 12 de octubre de 2010

Manuel Roldán Jiménez, el agitador político

La Voz, 17 de agosto de 1923


Las detenciones de los líderes comunistas fueron continuas durante la II República. Así, en las actas municipales del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía se conservan varias referencias a las continuas detenciones que sufrió Manuel Roldán Jiménez por las autoridades del pueblo: en la sesión del 12 de agosto de 1932 se aprueba un pago de 80 pesetas a nombre de Luis Arcos Carretero por un viaje en automóvil de su propiedad a Córdoba, realizado el día anterior, para llevar a la cárcel de la capital y ponerlo a disposición del gobernador civil; con fecha del 24 de junio de 1933 se abona otra cantidad a la misma persona por el traslado que ha llevado a cabo a la cárcel de Cabra al detenido Manuel Roldán Jiménez; con fecha del 30 de noviembre de ese mismo año es de nuevo trasladado en automóvil, escoltado en este caso por la Guardia Civil, a Cuevas Bajas (Málaga) por orden del gobernador civil de la provincia y, finalmente, con fecha del 20 de septiembre de 1934, el ayuntamiento de Doña Mencía debe abonar un recibo de 9 pesetas por los socorros que han sido facilitados a Manuel Roldán Jiménez como detenido en el depósito municipal durante seis días.

El 26 de junio de 1931,(1) en plena campaña electoral, Manuel Roldán Jiménez y Miguel Caballero serían liberados al mismo tiempo tras haber sido detenidos -por lo menos el segundo de ellos- durante un mitin celebrado en Zuheros el 7 de mayo. Otros testimonios hablan de su participación en un mitin en Doña Mencía en febrero de 1936, celebrado al final en calle Granada en la casa que perteneció a Fernando Contreras, en el que sería boicoteado por personas de derechas del pueblo soltando unos gatos en el trascurso del mismo. “La voz de un hombre no la perturba un gato ni 40 gatos. Más bien deberían preocuparse por otras cosas los que los han traído aquí esta noche”. (2).

Manuel Roldán Jiménez, había alcanzado cierto nivel de estudios tras los años que pasó en el Seminario, según otras fuentes orales. ORTIZ VILLALBA, J.(3) afirma que Manuel Roldán Jiménez había formado parte del grupo de cuadros de la CNT de Sevilla que, entre 1925 y 1927 ingresaron en el PCE y no tardaron en hacerse con la dirección de éste. En 1936 -continua- expulsado del PCE e integrado en el PSOE dirigía la sección de obreros de la tierra de UGT con la ayuda de la militante Dulce del Moral, procedente también del PCE. Fue fusilado el 26 de julio de 1936 en Sevilla.

EL SOL, 18 de agosto de 1933

A través de diversas hemerotecas hemos encontrado varias noticias sobre la biografía de Manuel Roldán Jiménez que confirman los datos de que disponíamos hasta el momento, tanto su pasado anarquista en los inicios de los años 20 con participación en actos de acción directa -atentados y atracos- como su activismo político como líder obrero destacado del puerto de Sevilla. Así, aparece como uno de los que participó en el atentado que sufrió Aníbal Gonzáĺez, el futuro arquitecto de la plaza de España de la Exposición de 1929 de Sevilla, aunque el autor de los disparos fue un tal Negrales. (4) Y tres años más tarde, junto a Manuel Adame, es detenido al ser acusado en un atraco a mano armada, cuando intentaban robar al recaudador del fielato del puerto de Sevilla, que llevaba una importante cantidad de dinero, según la prensa de la época.(5) En este caso se ofrecen más datos que en la información de 1920. Se indica que tiene 22 años, que es de Doña Mencía, obrero ferroviario y destacado sindicalista, que fue procesado por participar en el atentado antes citado y que en dicho atraco portaba una pistola calibre 7,30.

Como hemos visto más arriba, a finales de junio de 1933, el ayuntamiento de Doña Mencía debe abonar el gasto de su traslado a la cárcel del Cabra y poco después, a primeros de agosto de ese año, la U. L. de S. -Unión Libre de Sevilla- impulsa un “movimiento huelguístico” en Sevilla (6) para solemnizar, según la prensa, el 1 de agosto, día de la Fiesta Roja, pero en realidad para mostrar su protesta por la detención del presidente del puerto, Manuel Roldán. En la edición nacional del mismo día del ABC se afirma que ha sido detenido Manuel Roldán, presidente de los obreros de la sección del puerto.

Y al año siguiente lo vemos participando en un mitin comunista -así consta en la cabecera de la noticia- celebrado en el Monumental Cinema de San Bernardo de Sevilla. (7) Manuel Roldán hizo uso de la palabra en representación de la Unión Local de Sindicatos, “atacando a todos los partidos políticos de la República, recusables desde los sucesos del Parque de María Luisa. Propugnó por el frente único y por que los trabajadores pudieran manifestarse sin la coacción de la fuerza pública. Dio lectura luego a las conclusiones.”

1. MORENO GÓMEZ, F. pág 77. op. cit.
2. Fernando Contreras, oficial del ayuntamiento y destacada persona de derechas sería fusilado -su partida de defunción puede ser consultada en el registro civil de Doña Mencía- en los inicios de la guerra civil, acusado de haberse vendido a los comunistas mencianos.
3. ORTIZ VILLALBA, J. “Del golpe militar a la guerra civil, Sevilla 1936”, Sevilla 2006, pág. 309.
4. ABC, 26 de febrero de 1920, pag 12.
5. ABC. 18 de agosto de 1923, pág 19.
6. ABC. 1 de agosto de 1933. pág. 16 Edición de Andalucía.
7. ABC, 2 de mayo de 1934, Pág. 13. Edición de Andalucía.

domingo, 4 de julio de 2010

HISTORIA DE UN EXILIADO MENCIANO: GERARDO TAPIA SEQUEIRA (1917-1991)

Gerardo Tapia Sequeira, carta de identidad frances, abril de 1979.

Yo recuerdo a Gerard, porque con el nombre francés se le seguía llamando, en casa Morejón ayudándole a su hermano Antonio a recoger las mesas del bar en los momentos de bulla, al mismo tiempo que algunos jóvenes le hacían algunas chanzas con su modo de pronunciar el español. Había vuelto al pueblo, a principios de 1983, del que había huido a comienzos de la guerra, como tantos mencianos y mencianas, y, a su regreso, buscaba El Puente de Doña Mencía, a la entrada del pueblo, porque cerca estaba su casa, al final de la calle Granada. Sus hermanos Antonio y Fernanda todavía vivían, pero su madre María Jesús ya había muerto, sin poder ver a su hijo Gerardo, aunque le habían llegado noticias de que estaba vivo en el sur de Francia. No sabemos si ella y sus otros hijos sabían el lugar exacto en el que se encontraba Gerardo –en el documento de identidad francés cuya copia se conserva en una carpeta sin catalogar en el Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía- figura como residente en Pontcirq, un pequeño pueblo que en la actualidad supera levemente los 150 habitantes, y está sellado por la prefectura de LOT, en el Pirineo central.


Gerardo Tapia Sequeira, hijo Ángel Y María Jesús, ocupa el último lugar en la lista de los mozos de Doña Mencía de 1937 que no se han presentado a filas. Así consta en el documento firmado por el alcalde y secretario del ayuntamiento el 28 de marzo de 1940. Es uno de los más de 500 mencianos que, de un modo u otro, sufrieron las consecuencias de la represión franquista.


Poco sabemos de su larga estancia en Francia. Algunos familiares nos cuentan que allí trabajaba para una señora en labores del campo, lo que el sabía hacer, y que a la muerte de ésta es cuando regresa a Doña Mencía. De su participación en la guerra civil sabemos algo más. A principios de 1985, como otros muchos mencianos que lucharon en el ejército leal de la República, solicita se le expida la documentación que acredite su participación como soldado en la guerra civil.



En el mismo documento mecanografiado se indica que Gerardo Tapia Sequeira fue sargento en el año 1938 en Las Rozas y que perteneció a la 3º y 6º Compañía de Vázquez. También se informa que estuvo en la escuela de Archena (1) y que fue jefe de carros de combate. A dicha petición se adjunta fotocopia de la carta de identidad francesa de Gerard Tapia –emitida el 12 de abril de 1979 y sellada por la prefectura de LOT- y en la misma se indica que había nacido el 17 de enero de 1917 en Doña Mencía (España) y que vivía en Pontcirq. También se anexan dos pequeñas hojas manuscritas en las que se dice que sus jefes en Las Rozas habían sido Tagüeña (2) y Novillo.

Y no sabemos mucho más de Gerardo. A su regreso en España todavía hablar del pasado no era considerado como conveniente y, desgraciadamente, perdimos su testimonio, como el de tantos otros españoles y mencianos que sufrieron los horrores de la guerra y de la represión posterior. No se hizo justicia con ellos y no se mostró la más mínima consideración sobre los avatares de su vida y no se les hizo ningún homenaje –por muy modesto que fuese-. Y una mañana de comienzos de 1991 Gerardo aparecería muerto en la humilde habitación de su casa de la calle Granada.


NOTAS:
(1) En octubre de 1936 llegaron a Cartagena los primeros 50 carros de combate T-26B soviéticos con su tripulación a bordo del Konsomol y más tarde, en el balneario de Archena se crea la escuela de carros de combate la Escuela de Fuerzas Blindadas donde se agrupan los tanques. El día 29 del mismo mes entran en combate en la Batalla de Madrid. Posteriormente, participaran en las batallas del Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Teruel y en la del Ebro.

(2) Manuel Tagüeña, –se refiere a Manuel Tagüeña, del partido Comunista, el más destacado táctico entre los jefes de milicias, según Jorge M. Reverte (pág 16 de El arte de matar, Madrid 2009.

martes, 13 de abril de 2010

A Eugenio Moreno Rosa, muerto en 1947 y a los últimos mencianos encarcelados en las cárceles franquistas


Eugenio Moreno Rosa pertenecía a la quinta del 1935 y regresó a Doña Mencía al finalizar el conflicto. También pasó por el Batallón de San Roque, según nos contó Rafael Muñoz Moreno. Pasó por las cárceles de Montilla –de donde sería trasladado al batallón de trabajadores de Rota (sic) el 25 de mayo de 1940, según consta en el listado publicado por Arcángel BEDMAR en su libro “Los puños y las pistolas. La represión en Montilla (1936-1944)”, pág.181, Montilla 2002- y Córdoba. A tenor del testimonio de algunos vecinos de Doña Mencía formó parte de una partida del maquis (“Vida en la paz”) que intentaría secuestrar a un terrateniente de Doña Mencía. Tras ser torturado, fue muerto 1947 no sabemos si abatido por sus guardianes o cuando intentó escapar lanzándose desde el puente de Albendín. En uno de los documentos del AHMDM se cita su caso aunque sin nombrarlo expresamente. Su esposa, Sampedro López Navas, que todavía vive en Barcelona, quedó viuda con cuatro hijos menores, al fallecer su marido “hace una año aproximadamente cuando la fuerza pública procedió a su detención con motivo de posibles actuaciones contrarias a la seguridad del Estado”. Dicho documento está fechado en Doña Mencía a 20 de febrero de 1948.

En el mismo expediente figuran los nombres de los mencianos que todavía estaban en la cárcel en febrero de 1948, así como los componentes de su familia. Los tres primeros estaban en la cárcel de Córdoba mientras que el último sufría los horrores de la de Burgos. El primero de ellos es Vicente Luna Ruiz, de la quinta de 1923, cuyo nombre figura también en la relación de huidos del pueblo en septiembre de 1936 y que más tarde a su regreso fue encarcelado en Cabra. El segundo es Manuel Moreno Cubero, de la quinta de 1939 –aparece como sin clasificar en dicho listado-. Según los datos que aparecen en nuestro Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, Manuel estuvo encarcelado al término de la guerra en Orihuela y más tarde sería trasladado al batallón de trabajadores de Algeciras número 8. Se conserva el documento de liberación de la cárcel de Córdoba con fecha de 3 de mayo de 1940, aunque, más tarde, en diciembre de 1940 se solicitan informes sobre su paradero. El último de los encarcelados en Córdoba es Vicente Priego Salamanca, hermano de Diego Priego Salamanca, concejal del PSOE en 1936 y de Ramón Priego Salamanca del que ya hemos hablado en este blog. En cuarto lugar figura Alberto Carrillo Moreno, del que no sabemos mucho más.

Como complemento a esta entrada os adjunto la presentación sobre Los Vencidos de la última jornada de Historia Local.

A Baltasar Garzón

domingo, 21 de febrero de 2010

Las quintas de los soldados republicanos de Doña Mencía, 1929 (06)


La quinta de 1929. AHMDM


La quinta de 1929 es la de Francisco (Antonio) Montes Navas, la de Fermín Gómez Sevillano –exiliado en Francia-, la de Marcelo Navas Caballero –muerto en Gusen en diciembre de 1941, la de Gregorio Porras Moreno, la de Ramón Priego Salamanca, la de Domingo Poyato Jiménez, el padre de Jose Poyato, mi amigo, la de Antonio Córdoba Moreno, -también exiliado en Francia- tío de Pedro Córdoba, la de Francisco Flores Montes, el padre de Francisco Flores, la de Manuel Barba Montañéz, Santiago Güeto Urbano –detenido en Montilla-, de Antonio Gómez Moreno, detenido en Córdoba, José Priego Cubero, exiliado en Francia y cuyo datos también aparecen en la base del centro Documental de Memoria Histórica, Manuel Priego Gómez, detenido en Cabra, etc. (Ver el enlace de biografías).

Sus historias resumen el sufrimiento de los jóvenes de su tiempo. Francisco (Antonio) Montes Navas acaba de cumplir 101 años y de algún modo se ha convertido en testigo inteligente de ese pasado que muchos quieren olvidar. Tras colocar a su tío en Jaén, Antonio se enrola en el ejército republicano –me volvía a recordar en la última conversación que mantuve con él a mediados de agosto de este año- en Jaén. De allí a Ciudad Real y Guadalajara luchando contra los italianos –también había muchos marroquíes con ellos, me recuerda- y después en Albarracín, donde nace el Tajo, apunta. Una vez terminada la guerra y tras pasar un mes en la cárcel de Alcalá de Henares -¡Allí si que se fusilaba a gente! Antonio-, acompañado de otro soldado de Jaén y de Vicente Porras, de Doña Mencía, se montaron en el tren en Espeluy . Una vez en Doña Mencía teníamos que ir al José Antonio, en la calle Juan Valera y al cuartel de la Guardia Civil. Nos obligaban a cantar el Cara el sol con la plaza abarrotado de mujeres en los balcones, con el Pijiro dirigiendo hasta que llegó un teniente y aquellos e acabó.


Antonio Montes Navs y su tío Manuel Montes Priego
(Col. familiar Antonio Montes Navas)


En enero, en medio de las aceitunas, de 1940 nos llevaron a San Roque. Allí estuve cinco meses y medio trabajando de barbero. Tenía pase y conseguía comida en los barcos. Estábamos cerca de la estación y los domingos, recuerda, había plaza. Allí coincidí con Laureano Muñoz Jiménez (Rompehigos) y con Zerote, Manuel, el más valiente de todos y que sacaba más patatas que nadie. Y también Antonio nos habló de sus años mozos: “No me gustaba la escuela y no aprendí a leer. Me pasaba el tiempo jugando a las cartas. Estuve sirviendo con los segaores en La Campiña desde los 10 años. Así durante cuatro años. A los 15 años cogí unas calenturas, creo que era paludismo. Mi tio Manuel me llevó a Aguilar y con quinina me la quitaron. Estuve trabajando el cortijo de Camarero cerca de Los Cansinos.

Fermin Gómez Sevillano

Fermín Gómez Sevillano, domiciliado en la calles Eras, 6, aparece como exiliado en Francia. Así fue y así es corroborado por lo que me han informado sus familiares y por la información que aparece en un libro editado por la Diputación sobre la vida de nuestros mayores. Fermín fue sargento del ejército republicano y también aparece en la base documental del ejército republicano. Fermín estuvo en la 11 Brigada Internacional y recibía paga como suboficial del ejército de la República. Era una persona muy culta –me decía su sobrina María- y al término de la guerra estuvo en un campo de concentración al sur de Francia. Volvería a España engañado por la amnistía que iba a conceder a Franco a los que no tuvieran las manos manchadas de sangre. Según Maria -la madre de Julio y Ramón- tras regresar a Doña Mencía estuvo en el Penal del Puerto de Santa María con José María (Ramón) o con Teodoro. Parece que estuvo con éste último. Muere en 2000 o 2001 -se suicidó atando su cuello con una puerta de su casa-. En la biografía alude al maestro del pueblo -¿Don Alejandro?- y a los campos de concentración de Francia de los que salió cuando fue reclamado para trabajar. La mujer de Fermín era hermana de la madre de Pedro Córdoba Navas.


Fermin Gómez Sevillano

Afortunadamente nuestro modesto Archivo Histórico Municipal sigue ofreciendo sorpresas de interés. Así, en el mismo, aunque sin catalogar, se conserva, como la de otros muchos soldados republicanos que todavía vivían, la instancia -con el nombre de Juan Bonoso en el DNI- que, a principios de diciembre de 1984, elevó con objeto de su reconocimiento a efecto del cobro de la pensión correspondiente. En la misma se indica que Fermín había alcanzado el grado de teniente y que, en efecto, había pertenecido a la 11 Brigada Internacional en el Batallón Thälmann. Pero es más interesante todavía la nota manuscrita que en la que se puede leer además que estaba integrado en la 2ª compañía del batallón citado, y que sufrió varias heridas por una bomba de mano y que fue llevado al hospital de Reus, más tarde a Villafranca del Penedés y luego a Olot. Pasó la frontera en ambulancia para llegar a uno de los campos de prisioneros del sur de Francia. En el país vecino pasaría tres años antes de su regreso a España.


De Gregorio Porras Moreno sabemos que estaba detenido en aquellos momentos en Cabra, que en diciembre de 1940 se solicitan informes desde la prisión de Puente Genil para que se participe que por orden del Gobernador civil sea trasladado a Córdoba. En febrero de 1941 se ruega se comunique a disposición de qué autoridad se encontraba en este Depósito Municipal el detenido Gregorio Porras Moreno.

lunes, 20 de julio de 2009

Ramón Priego Salamanca, víctima de la represión franquista de la posguerra (y II)


Más tarde, liberado de la cárcel, Ramón y María marcharon a Valencia a regentar un puesto de frutas en el mercado, pero por desavenencias familiares, Ramón decide venirse a Baena, solicitado por una tía suya Rosarito, dueña de un cortijo en el paraje de El Saladillo, con el encargo de que le llevara las labores agrícolas. Le pidió que se viniesen también su mujer y sus hijos, como así sucedió luego más tarde.

“A Ramón lo acusaron de entrevistarse con la gente de la Sierra”, lo que en otras palabras significaba afirmar que protegía a los maquis de la zona. “Mi tío Ramón”, nos dice María, “también llevó a la gente de la Sierra a Camarena ya que mi tío Víctor trabajaba en el cortijo de los Campos. Como mi padre, Ramón era un hombre muy culto”, nos recordaba María, “y era el manijero del cortijo del Saladillo, situado en la parte posterior de la actual gasolinera, en donde regentaba el molino. Desde un principio sospecharon de él. Así, un día, cuando regresó del campo lo estaba esperando la Guardia Civil. Él estaba en el segundo patio de la casa junto al pozo lavándose las manos. Mí tía se imaginó lo que pasaba al oír llamar a la puerta la Guardia Civil y preguntar por él. Ella lo ocultó, pero como lo habían visto entrar, lo esperaron. Detuvieron a mi tía María –en la partida de nacimiento la llaman Florentina López Navas- y a sus hijos Ramón (que vive en Francia y al que pudimos conocer a través del programa de televisión de Lobatón) e Isabel (que vive en Torrente) los llevaron a las monjas”. Y continúa María narrando los hechos, como si hubiera ocurrido el año pasado, “cuando se alejaba de la casa, mi tía escuchó los disparos, pero no imaginó que lo habían matado sino que eran disparos para asustarle. La Guardia Civil dijo que lo había matado cuando huía, pero eso no era cierto. Se encontraron los casquillos de las balas en la casa. Aquello ocurrió el 26 de diciembre de 1946, como consta en la partida de defunción”, que nos muestra.

“De aquello no nos enteramos hasta tres días después. Estábamos en el cortijo de Lo Carro cogiendo aceitunas. Yo tenía –nos dice María- unos 17 años y me acuerdo como si fuera ahora cómo nos enteramos. Fue Vicente Petaca quine nos dio el aviso en Lo Carro. Después de la ejecución le robaron el reloj –que más tarde recuperaría su hermano- y una chaqueta de cuero”.

Y seguimos hablando de su padre y de Fermín Gómez Sevillano, al que le dedicaremos otra entrada en este blog próximamente.

sábado, 18 de julio de 2009

Ramón Priego Salamanca, víctima de la represión franquista (I)

Ramón Priego Salamanca (1908-1946).
Foto cedida por María Priego.


Fue de nuevo Rafael Muñoz Moreno, “El Ajero”, -¡cuánto debe agradecerle Doña Mencía a Rafael, ejemplo de compromiso y generosidad!- quien me habló del trágico final de Ramón Priego Salamanca, Ramón el de la Paz -como era conocido en el pueblo-. Ramón Amadeo Priego Salamanca, como así consta en el registro civil de Doña Mencía (1908-1946), tiene el número 65 en la lista de cabezas de familia que se ausentaron del pueblo al comienzo de la guerra remitida a Queipo de Llano el 17 de septiembre de 1936, su nombre aparece en listado de detenidos en el depósito municipal de Doña Mencía en mayo y junio de 1939, una vez finalizada la contienda, y también su nombre figura como detenido en Cabra en el listado de la quinta de 1929 de los soldados mencianos que han estado en la zona roja, conservado en el Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía.

Ramón coincidió con Manuel Moreno en la cárcel de Cabra
Lo que viene a continuación es la transcripción de la conversación mantenida con María Priego, de 77 años, sobrina de Ramón Priego Salamanca, el pasado 14 de junio, aunque pocos días después también fui acogido amablemente en su casa, para enseñarme las fotos que tenía de su tío. Desde aquí le agradezco su generosidad.

María es hija de Diego Priego Salamanca, otro de los líderes de Doña Mencía en tiempos de la República, que entre otros cargos, fue vicepresidente de la Sociedad Obrera de Oficios Varios –así consta en los documentos del Centro Obrero de octubre de 1930- y concejal del ayuntamiento democrático constituido en Doña a principios de junio de 1931, en representación del Partido Socialista Obrero Español. Sus otros hermanos eran Vicente, Ramón y Víctor (éste último también aparece entre los detenidos en Doña Mencía, una vez finalizada la guerra civil).

Aunque yo quería que me hablara de Ramón, salían a relucir otras personas de su familia, de las que también quiso comentarme cosas. “Cuando comenzó la guerra –me contaba María- Ramón y su novia, María, se fueron a la zona roja en donde se casaron por lo civil. Él sería apresado en varias ocasiones”, pero sobrevivió pues su nombre, como hemos apuntado al principio de esta entrada, aparece entre los detenidos en el depósito municipal tras la guerra, junto a su hermano Víctor. “Ramón estuvo preso en Cabra con Manuel Moreno, que era regularito de cuerpo, a quien después se lo llevaron oculto a Barcelona en donde murió ciego. Fui varias veces con mi madre a la cárcel de Cabra a ver a mi tío Ramón y a su lado estaba Manuel Moreno. Allí también estaba detenido mi tío Víctor Priego Salamanca, quien tenía metralla en la pierna”.

Y continuaba hablando orgullosamente de su padre, Diego Priego Salamanca, quien, -me recalca- fue vicepresidente del Centro Obrero de Oficios Varios. A él no le pasó nada “porque estaba protegido por el sargento Berlanga –se refiere a uno de los militares que ocupó Doña Mencía a principios de septiembre de 1936-, con quien coincidió trabajando para Carbonell en Aguilar de la Frontera. En el salvoconducto que le firmó Berlanga a mi padre decía: En caso de interrogatorio debe ser tratado como si fuera yo. Mi padre leía mucho y llevaba toda la contabilidad del cortijo de Agustín Vergara. Se conserva un cuaderno –en el que dice que fue auxiliar de RENFE desde 1921 a 1926- con toda la contabilidad del cortijo. Él era el encargado de ajustar las cuentas”, dice María.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Don Alejandro Alcaide Redondo, maestro represaliado

Alejandro Alcaide Redondo, domiciliado en la calle Bendición 16, figura con el número 78 en la lista de los huidos del pueblo enviada a Queipo de Llano el 17 de septiembre de 1936. Don Alejandro Alcaide Redondo fue maestro de Doña Mencía, natural de Almagro, y uno de los muchos maestros depurados por el régimen de Franco por lo que no pudo volver a ejercer su profesión. Su nombre también figura -es el último de la lista- en la relación nominal de los individuos que constituían el comité marxista de esta localidad en 1936 según la Causa General de Responsabilidades políticas con fecha de 27 de octubre de 1942. “Don Alejandro era socialista, –nos dicen casi al mismo tiempo Antonio y Rafael- y volvió al pueblo al final de la guerra. Fue amigo de Pedro Navas Caballero. Regresó a su tierra y no sabemos si pudo ejercer de nuevo el magisterio”.
Su nombre aparece en la relación de maestros del pueblo, que, con fecha del 1 de septiembre de 1936, se remite al comandante militar de la villa, tras D. Francisco Blasco Vizcaíno, jefe de falange y alcalde de Doña Mencía, del que hemos hablado en este blog cuando remitió un carta al gobernador pidiendo ayuda –sin conseguirlo- para los 210 niños del orfanatorio del pueblo. En marzo de 1941 y desde la Auditoría de Guerra Ejército 1º Sur, se piden al Ayuntamiento de Doña Mencía informes de D. Alejandro Alcalde Redondo.


A lo que poco que sabemos sobre la vida de don Alejandro debe añadirse lo que podemos leer en el documento que enlazamos: un ejemplar de La Tierra Hidalga de Almagro, con fecha del 21 de abril de 1923, en cuya portada aparece una foto en la que figura don Alejandro junto a otras personas. En la página 6 podemos leer un resumen de su intervención en defensa de la construcción de nuevas escuelas.
En otro número del mismo boletín, fechado en abril de 1924, y en la página 3 se informa que "nuestro vesubiano amigo D. Alejandro Alcaide Redondo ha salido para Manzanares a pasar unas horas con su novia".

domingo, 10 de mayo de 2009

Testimonio de Rafael Muñoz Moreno

Rafael no figura en la lista de detenidos que hemos adjuntado más arriba. Él llegó a Doña Mencía, como nos cuenta más abajo, a principios de febrero de 1939 y más tarde, como muchos otros mencianos, sufrió los horrores del batallón de Trabajadores de San Roque. Esto es sólo un fragmento de las varias conversaciones que he mantenido con él quien, a pesar de su sordera y de los años, sigue dando ejemplo de vitalidad y de una generosidad a raudales. Su testimonio, del que este fragmento es sólo un avance, es un ejemplo de sufrimeinto de aquella de generación de españoles que la guerra civil marcó para siempre.
“El final de la guerra nos cogió en Villastar, cerca de Villaespesa, en la Muela de Teruel. Había quien lloraba cuando se enteraron del fin de la guerra. Tuvimos que entregamos y nos llevaron presos una semana a la plaza de toros de Teruel. En la arena estábamos como los guarros tirados al suelo. Tanto la arena como el anillo estaban abarrotados de prisioneros a los que nos daban de comer algunos pedazos de pan y una lata de sardinas. Desde allí nos llevaron en camiones a Zaragoza, aunque nos descargaron en Calatayud. Allí pude escapar y coger un tren para Doña Mencía”. Tras un viaje lleno de dificultades Rafael, junto a Conejo y el Rubio Majito llegan a la estación de Doña Mencía a principios de febrero de 1939. “Al día siguiente fui al cuartel –había cuatro o cinco falangistas en las cocheras de Sánchez y la gente nos recibió malísimamente-. Dimos un rodeo por la calle Recodos hasta llegar a José Antonio en la calle La Virgen –en los Poyatos- donde nos tomaron declaración. En aquel momento había de 20 a 25 detenidos. Desde allí se los llevaban a la cárcel, a Cabra, a Montilla o a Córdoba. A Antonio Muñoz y a Manuel Quince se los llevaron a Cabra. Después vendría lo de San Roque. Tras estar detenidos varios días, de tres en fondo nos llevaron a unos 89 mencianos hacia la estación. El 1 de enero de 1940 nos metieron en unos vagones de carga que pasaban a las 12 horas. El destino fue San Roque, en un cerro que hay entre San Roque y la estación. Allí estuve ocho meses, aunque cuatro de ellos los pasé en la enfermería. Eugenio Moreno Rosa nos decía que allí había que estar calladitos. Todas las noches se llevaban a alguien para ejecutarlo y había duros castigos para quien se saltaba las normas”.

martes, 9 de diciembre de 2008

Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz

Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz, secretario y oficial del Ayuntamiento, fusilados en Doña Mencía en 1936

A Francisca y Visita hay que sumar entre los fusilados de Doña Mencía en 1936 a dos personas relacionadas con la derecha: el secretario del Ayuntamiento Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz, oficial también del Ayuntamiento de Doña Mencía. A los dos se les acusaría, probablemente, de connivencia con los republicanos cuando el pueblo estuvo bajo su dominio. Respecto Al primero, Moreno Gómez1 comenta que, quizá debido a su excesivo legalismo al denunciar que José Sánchez, el médico del pueblo, no podía ser al mismo tiempo miembro de la Comisión Gestora, fue fusilado, aunque no se cita en la relación que aparece en la página 827 del libro. Algunos testimonios nos hablan de la sorpresa que este hecho produjo en su hermano al enterarse de la noticia en Madrid durante la guerra, pues no podía entender que las gentes de derechas de Doña Mencía habían ordenado su fusilamiento.

El nombre de Fernando Contreras Muñoz aparece en varios documentos relacionados con las asociaciones políticas de tendencia conservadora en la Doña Mencía del primer tercio de siglo. Así, en 1913, en la documentación que nos habla del Círculo de Labradores, domiciliado en la Plaza Mayor, 34, nacido el 26 de enero de 1909, su presidente era Francisco Contreras Vargas y el secretario Fernando Contreras Muñoz. También aparece en 1905 como secretario de El fomento del Trabajo, otra asociación de principios de siglo cuyo objetivo fundamental era establecer la armonía y estrechez entre patronos y obreros...

¿Cuándo se produjo esta saca?
En la sesión del 15 de septiembre de 1936 se enumeran los funcionarios desposeídos de sus cargos y detenidos a virtud de orden de la autoridad militar, aunque la decisión se había tomado en la reunión celebrada cuatro días antes por haber llegado a su conocimiento que había quien su conducta no se ajustaba a los deberes y decidida adhesión a la autoridad en la lucha social de convatir (sic) al marxismo que ha provocado la guerra civil que destruye España. Conducta que para defenderla sigue esta Corporación asociada de los elementos de asistencia ciudadana puesta en armas para sostener el orden público.
Los señores vocales coincidieron en idénticas creencias de desconfianza hacia determinados funcionarios, que implica un principio de insubordinación peligrosa en las actuales circunstancias, y como medida de previsión en estado de guerra (como medida de previsión) conviene hacer desaparecer, para la tranquilidad, toda sospecha de deslealtad por parte de cualquier funcionario, presidiendo en el presente caso un gran pesar de la Corporación... (AHMD Acta Comisión Gestora Municipal 11 de septiembre de 1936). Bastan los comentarios.

En la relación de Moreno Gómez antes citada2 aparece en sexto lugar el nombre de Fernando Contreras Muñoz, 60 años, labrador, fusilado el 8 de octubre de 1936 en el término de Doña Mencía. Se dice que aquel día su hijo, falangista, fue cambiado de la guardia del Brillante para que no viera pasar a su padre cuando lo llevaban detenido.

jueves, 4 de diciembre de 2008

A Francisca Ruiz y Visitación Jiménez

Las dos mujeres mencianas desaparecidas, víctimas de la represión franquista durante la guerra civil

Antonio León López iba en la última saca de paseados, según varios testimonios, aunque no sería el último de los fusilados en Doña Mencía. Pero, ¿qué pasó en nuestro pueblo tras el inicio del golpe militar encabezado por Franco? Parte de lo que vamos a contar ya ha sido escrito en este blog en anteriores entradas, pero añadiremos otras de las que no hemos hablado hasta ahora.

No tenemos noticias muy detalladas sobre lo que ocurrió en nuestro pueblo durante la guerra civil. Conservamos los bandos municipales y disponemos de varios documentos de los 14 días en los que el poder estuvo en manos de los defensores de la República, bajo la alcaldía de Esteban Cejudo Montes, de Izquierda Republicana, sostenida en gran parte por un movimiento obrero de ideología mayoritariamente comunista liderado por Manuel Moreno Rosa, alcalde desde junio a septiembre de 1931 y destituido en marzo de 1936, tras ser restituido en el poder con el triunfo del frente Popular . En la documentación tramitada en octubre de 1942 para elaborar la Causa General, la memoria de los vencedores, podemos leer los nombres de los 16 miembros de la organización afecta al partido comunista de esta localidad (que) dependía de las órdenes que recibía de fuera y también, en otro listado, aparece la relación del personal de derechas residentes en esta localidad que fue encarcelado por los elementos rojos durante el dominio de éstos en la población. En el listado aparecen 42 personas, encabezado por el párroco del pueblo, D. Juan Navas Barba, que estuvo encarcelado desde 25 de julio hasta el 1 de agosto de 1936, aunque de noche, así aparece en nota adjunta, dormía en su domicilio. Casi una cuarta parte de las personas de dicho listado sólo estuvo encarcelada un solo día. El trato a los detenidos fue bueno a pesar de tenerlos asustados con que los quemarían vivos, se expresa en el lateral derecho del informe.

¿Qué pasó después? La Guardia Civil había huido a Cabra y una vez que llegaron a Doña Mencía las noticias de la terrible represión en Baena en los últimos días de julio, la mayoría de las personas, afines al partido comunista, al socialista u a otras organizaciones republicanas, huyeron del pueblo. La última acta capitular de la corporación republicana, con Manuel Ruiz Cañete como alcalde, tiene fecha del 5 de agosto de 1936 y en la misma se hace constar que el anterior alcalde, Esteban Cejudo Montes y otros miembros de la corporación, Juan M. Cubero Jurado, Vicente Polo y Rafael Urbano Poyato han abandonado el pueblo. En dicha reunión se habla del fallido intento para que el Jefe de la Guardia Civil envíe desde Cabra fuerzas con objeto de “evitar cualquier posible agresión de elementos extraños que andaban por los alrededores” y se estudia una propuesta de Manuel Montes Jurado para que el reparto de comida de la cocina popular sea más equitativo.

Según consta en el acta de la Comisión Gestora que se constituyó en el pueblo a partir del 5 de septiembre, las tropas franquistas, comandadas por Sainz de Buruaga, entraron en Doña Mencía el 30 de agosto. Sólo permanecieron aquí aquellas personas que no se había señalado políticamente y que, pensaban, no les sucedería nada. Pero no fue así.

Ya sea por instigación de las fuerzas de derechas de la localidad o por presiones desde Córdoba, en nuestro pueblo el número de personas paseadas –es decir fusiladas tras ser detenidas en su domicilio - supera la treintena. En una de las sacas iban dos mujeres: Francisca Ruiz “La Zagalla”, porque había colaborado con los republicanos en la cocina popular que se organizó en la Iglesia de la plaza que todavía estaba en construcción -“aquella mujer”, nos dice V.B., “cocinaba en las bodas y por eso la llamaron los milicianos”1 y de Visita, María Visitación Jiménez Borrallo,2 una mujer viuda de más 60 años de edad y sin hijos, que tenía una pequeña tienda en la Cruz Colorá –como un cajón de tabaco bocabajo y, al fondo, un cuadro de Mariana Pineda- y a la que se le acusaba de leerles el “Mundo Obrero” a las mujeres. Se cuenta que cuando iba a ser fusilada y aprovechando el revuelo que se produjo con la huida de uno de los detenidos –el llamado popularmente Niño Bonito- destruyó el dinero que llevaba en el refajo, para que no les sirviese a sus asesinos.

Esto es lo que nos dice R.M. de la huida del Niño Bonito, que moriría en Barcelona en marzo de 2003. “Uno de los detenidos se salvó y cuando ya se fueron los fascistas llegó hasta donde estaban los otros ya fusilados”. Eso me lo contó él a mí, “se fue hacia la Sierra de Cabra, por Las Lomas. Llegó a la viña, era el tiempo de la vendimia, en la que estaban el padre y la madre. Le trajeron ropa y comida. Se fue por el arroyo Guadalmoral. Iba herido de una pierna y se fue a aquel lado, al lado de los republicanos”.

1Este nombre no aparece en el reciente libro de Francisco MORENO GÓMEZ 1936: el Genocidio franquista en Córdoba, en la relación de fusilados en Doña Mencía. Pág. 827. En la pág. 911-912 aparecen los fusilados en el mes de diciembre de 1936, que ya se citaban en el libro anterior de este historiador, uno de los pioneros en la investigación sobre la represión franquista en nuestra provincia.

2Aparece citada en el libro de MORENO GÓMEZ en la página 827, fusilada en el término de Monturque.