Las dos mujeres mencianas desaparecidas, víctimas de la represión franquista durante la guerra civil
Antonio León López iba en la última saca de paseados, según varios testimonios, aunque no sería el último de los fusilados en Doña Mencía. Pero, ¿qué pasó en nuestro pueblo tras el inicio del golpe militar encabezado por Franco? Parte de lo que vamos a contar ya ha sido escrito en este blog en anteriores entradas, pero añadiremos otras de las que no hemos hablado hasta ahora.
No tenemos noticias muy detalladas sobre lo que ocurrió en nuestro pueblo durante la guerra civil. Conservamos los bandos municipales y disponemos de varios documentos de los 14 días en los que el poder estuvo en manos de los defensores de la República, bajo la alcaldía de Esteban Cejudo Montes, de Izquierda Republicana, sostenida en gran parte por un movimiento obrero de ideología mayoritariamente comunista liderado por Manuel Moreno Rosa, alcalde desde junio a septiembre de 1931 y destituido en marzo de 1936, tras ser restituido en el poder con el triunfo del frente Popular . En la documentación tramitada en octubre de 1942 para elaborar la Causa General, la memoria de los vencedores, podemos leer los nombres de los 16 miembros de la organización afecta al partido comunista de esta localidad (que) dependía de las órdenes que recibía de fuera y también, en otro listado, aparece la relación del personal de derechas residentes en esta localidad que fue encarcelado por los elementos rojos durante el dominio de éstos en la población. En el listado aparecen 42 personas, encabezado por el párroco del pueblo, D. Juan Navas Barba, que estuvo encarcelado desde 25 de julio hasta el 1 de agosto de 1936, aunque de noche, así aparece en nota adjunta, dormía en su domicilio. Casi una cuarta parte de las personas de dicho listado sólo estuvo encarcelada un solo día. El trato a los detenidos fue bueno a pesar de tenerlos asustados con que los quemarían vivos, se expresa en el lateral derecho del informe.
¿Qué pasó después? La Guardia Civil había huido a Cabra y una vez que llegaron a Doña Mencía las noticias de la terrible represión en Baena en los últimos días de julio, la mayoría de las personas, afines al partido comunista, al socialista u a otras organizaciones republicanas, huyeron del pueblo. La última acta capitular de la corporación republicana, con Manuel Ruiz Cañete como alcalde, tiene fecha del 5 de agosto de 1936 y en la misma se hace constar que el anterior alcalde, Esteban Cejudo Montes y otros miembros de la corporación, Juan M. Cubero Jurado, Vicente Polo y Rafael Urbano Poyato han abandonado el pueblo. En dicha reunión se habla del fallido intento para que el Jefe de la Guardia Civil envíe desde Cabra fuerzas con objeto de “evitar cualquier posible agresión de elementos extraños que andaban por los alrededores” y se estudia una propuesta de Manuel Montes Jurado para que el reparto de comida de la cocina popular sea más equitativo.
Según consta en el acta de la Comisión Gestora que se constituyó en el pueblo a partir del 5 de septiembre, las tropas franquistas, comandadas por Sainz de Buruaga, entraron en Doña Mencía el 30 de agosto. Sólo permanecieron aquí aquellas personas que no se había señalado políticamente y que, pensaban, no les sucedería nada. Pero no fue así.
Ya sea por instigación de las fuerzas de derechas de la localidad o por presiones desde Córdoba, en nuestro pueblo el número de personas paseadas –es decir fusiladas tras ser detenidas en su domicilio - supera la treintena. En una de las sacas iban dos mujeres: Francisca Ruiz “La Zagalla”, porque había colaborado con los republicanos en la cocina popular que se organizó en la Iglesia de la plaza que todavía estaba en construcción -“aquella mujer”, nos dice V.B., “cocinaba en las bodas y por eso la llamaron los milicianos”1 y de Visita, María Visitación Jiménez Borrallo,2 una mujer viuda de más 60 años de edad y sin hijos, que tenía una pequeña tienda en la Cruz Colorá –como un cajón de tabaco bocabajo y, al fondo, un cuadro de Mariana Pineda- y a la que se le acusaba de leerles el “Mundo Obrero” a las mujeres. Se cuenta que cuando iba a ser fusilada y aprovechando el revuelo que se produjo con la huida de uno de los detenidos –el llamado popularmente Niño Bonito- destruyó el dinero que llevaba en el refajo, para que no les sirviese a sus asesinos.
Esto es lo que nos dice R.M. de la huida del Niño Bonito, que moriría en Barcelona en marzo de 2003. “Uno de los detenidos se salvó y cuando ya se fueron los fascistas llegó hasta donde estaban los otros ya fusilados”. Eso me lo contó él a mí, “se fue hacia la Sierra de Cabra, por Las Lomas. Llegó a la viña, era el tiempo de la vendimia, en la que estaban el padre y la madre. Le trajeron ropa y comida. Se fue por el arroyo Guadalmoral. Iba herido de una pierna y se fue a aquel lado, al lado de los republicanos”.
1Este nombre no aparece en el reciente libro de Francisco MORENO GÓMEZ 1936: el Genocidio franquista en Córdoba, en la relación de fusilados en Doña Mencía. Pág. 827. En la pág. 911-912 aparecen los fusilados en el mes de diciembre de 1936, que ya se citaban en el libro anterior de este historiador, uno de los pioneros en la investigación sobre la represión franquista en nuestra provincia.
2Aparece citada en el libro de MORENO GÓMEZ en la página 827, fusilada en el término de Monturque.
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