martes, 14 de agosto de 2007

Las raíces de don Juan Valera (II)



A mediados del siglo XVIII y, de acuerdo con los datos que nos suministra el interesante Catastro de Ensenada de 1751, entre los vecinos hidalgos de la villa que figuran en el censo de Seglares aparecen los siguientes miembros de las familias Alcalá, Galiano o Valera: don Juan de Alcalá Galiano Flores y Calderón, casado de 56 años, Caballero de Santiago, gobernador del estado de Baena y Alcaide del Castillo y Fortaleza de Doña Mencía y que en 1765 se convertiría en el primer marqués de La Paniega; el corregidor don Clemente Galiano Romero, viudo de 54 años; don Jacinto Roldán Galiano, casado de 23 años; don Juan Joseph Roldán Galiano, familiar y Alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición de la ciudad de Córdoba; don Juan Miguel Valera, de 25 años; don Diego Alfonso Valera Roldán, casado de 45 años, y, finalmente, don Pedro Joseph Valera Roldán, casado de 46 años, Alguacil Mayor y Alcaide de la cárcel.

A esta lista debemos añadir a doña Victoria Galiano y a doña Gerónima de Alcalá Galiano, de estado honesta. Entre los forasteros que figuran en el libro de Haciendas de seglares aparece doña Josepha de Navas Galiano y don Antonio Galiano, hijo de don Joseph Galiano, vecino de Cabra, quien en una nota que se indica se expresa que ya es vecino de Doña Mencía.

Como vemos los apellidos Alcalá, Galiano, Valera y Roldán aparecen unidos en muchos casos, lo que expresa la endogamia que existía entre el núcleo de reducidos hidalgos que residían en la villa de la subbética cordobesa en el siglo XVIII. No en vano los apellidos del escritor ya se habían unido con anterioridad, pues en 1700 Juan Raimundo Alcalá-Galiano se casó con María Valera Roldán.1

En los libros del censo y haciendas de eclesiásticos del Catastro de Ensenada de 1751 también encontramos a miembros destacados de la familia Valera Roldán, como don Salvador Antonio Valera Roldán, Presbítero y Comisario del Santo Oficio y administrador de la capellanía fundada por don Juan Valera Roldán, y don Juan Santos Valera Roldán, clérigo de menores órdenes, colegial huésped en el mayor de Cuenca, quien tiene tres criados (un mayordomo, un espensero y otro para cuidar el caballo) y dos criadas.

De entre todos ellos destaca la personalidad de don Pedro Antonio Valera Roldán, presbítero, quien según consta en su testamento de 1716, fue uno de los fundadores, junto a sus hermanos don Juan Valera Roldán, presbítero y don Antonio Valera Roldán, familiar del Santo Oficio, del vínculo de una Dote a Parientas e impulsor de la creación de una Obra Pía de primeras letras. También se conserva en el Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía una copia, fechada en 1771, de la fundación del mayorazgo de la familia Valera que data del 23 de mayo de 1704, a nombre de don Pedro Valera Roldán y sus dos hermanos, don Salvador y don Antonio Valera Roldán. En dicho documento se expresa, entre otras condiciones, que “cualquiera que haya de poseer este mayorazgo ha de conservar los apellidos de Valera y Roldán y que tenga obligación de firmarse dichos apellidos juntos”. 2

Tanto los Valera como los Alcalá-Galiano poseían importantes bienes en la villa de Doña Mencía, según consta en el Catastro antes citado. Pedro Joseph Valera Roldán, alguacil mayor, era dueño de cinco casas situadas en las calles más importantes del pueblo –Sacramento, plaza del Llanete (arrendada a su hermano Juan Miguel Valera), dos en la plaza del Pradillo y otra en la calle Vuelta del Sacramento, además de importantes fincas entre las que destaca el cortijo del Tocón con sus huertas y numerosas cabezas de ganado. Su hermano Diego Alphonso vivía en la calle Llana y era dueño de otras fincas menores. De los otros dos hermanos, miembros del clero menciano, es preciso destacar a don Juan Santos Valera Roldán, uno de los máximos hacendados del pueblo, dueño de numerosas casas y fincas rústicas.

Los dos miembros más significativos de la familia Alcalá-Galiano ocupaban una posición económica muy privilegiada en la villa. Así, don Juan Joseph Roldán Galiano, que vivía en la calle Arriba, era dueño de más de diez casas de del pueblo, entre las que se incluía la que en la calle Nueva “servía de Tercia para beneficiar la uva que pertenece en esta villa a el diezmo de la de Baena”, y de varias fincas a las que hay que sumar las numerosas cabezas de ganado (700 ovejas, 150 reses vacunas, 96 cerdos y 25 colmenas fuera del término de Doña Mencía). El otro miembro de la familia Alcalá-Galiano, don Juan de Alcalá Galiano Flores y Calderón era dueño de la casa que será sede del marquesado de La Paniega, en la calle vuelta del Sacramento, con tres bodegas con una capacidad de 2700 arrobas y de la casería, centro de los Estados Paniagales –como en alguna ocasión los llamó el escritor- que dará nombre al título nobiliario que alcanzará poco después. A todos ellos hay que sumar los bienes que las dos familias poseían fuera del término, como constan detalladamente en la fundación del mayorazgo de los Valera con importantes posesiones en el término de la villa de Cabra y Baena.

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