lunes, 22 de octubre de 2007

Artículo de María Pazos en El País

No es la primera vez que María Pazos Morán -Maruja, para los amigos- escribe en las páginas de opinión de El País. La primera vez fue el 2 de noviembre de 2006 sobre El permiso de paternidad intransferible y, ahora, más recientemente a principios de mes (4 de octubre de 2007) lo ha hecho sobre La aplastante lógica del sistema de pensiones. María es un mujer valiente y a muchos de sus amigos nos congratula que su voz se escuche en uno de los grandes periódicos nacionales. Hace tiempo que no viene por Doña Mencía y nos gustaría que las mujeres mencianas la escuchasen alguna vez en directo. Conocerían, de esta forma, la opinión de una mujer comprometida con la defensa de la mujer.
A continuación transcribimos el comentario que hace Rosario Roldán, asesora del CEP de Córdoba, del último artículo de María Pazos.

IGUALDAD LEGAL, IGUALDAD REAL.

COMENTARIO AL ARTÍCULO DE MARIA PAZOS EN EL PAÍS

LA APLASTANTE LÓGICA DE DEL SISTEMA DE PENSIONES”

El artículo de María Pazos se posiciona desde esta perspectiva: no hay igualdad sin justicia. Como investigadora del Instituto de Estudios Fiscales sabe de lo que habla y por eso denuncia una situación de injusticia con las mujeres de este país en relación al Sistema de Pensiones.

Hagamos un pequeño resumen del contenido:

En España hay un total de 269.546 personas que se benefician de Pensiones No Contributivas, que viven con un máximo de 312,43 euros. Para ellas hay presupuestada una subida del 3% frente al 6.5% de las Pensiones Contributivas. Pero, ¿quiénes son estas personas que sobreviven con esta pensión irrisoria? El 82% son MUJERES que han dedicado su vida al trabajo doméstico, a los cuidados familiares.

La autora apunta algunas causas para que se haya llegado a esta situación, que se centran en un sistema de organización social que les aboca a ello. Por si fuera esto poco, señala la paradoja que se produce con la Ley de Dependencia, que incentiva la retirada laboral de las mujeres para centrarse en el cuidado de los llamados dependientes y la tributación conjunta, que desincentiva el trabajo asalariado en las mujeres casadas. Finalmente se refiere a la posibilidad de cambiar si se introducen en este círculo vicioso las reformas que concreta en tres direcciones: políticas educativas, reconocimiento de derechos sociales a los hombres y priorizar la educación infantil y la atención a la dependencia.

Vaya por delante que me parece muy bien que haya una Ley de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres que no hace otra cosa que desarrollar las normativas europeas que inciden en ello. Por otra parte no deja de ser una declaración de principios como hace la Constitución española al respecto.

Pero luego la realidad contundente se impone a esta igualdad del papel… Es a lo que se refiere María Pazos, la situación de tremenda injusticia con las mujeres de este país, a las que se les sigue ofertando el mismo modelo social que los sectores más conservadores ven en peligro, enmascarando, a través de su interés por perpetuar la familia tradicional, su rechazo a la nueva situación de la mujer, a los logros conseguidos por ellas.

Paradójicamente, partidos que se reclaman de izquierdas, someten a la mujer a un acoso y derribo -que otra cosa se puede pensar después de leer este artículo –, manteniendo el sistema de tributación conjunta en la pareja, sacando una Ley de Dependencia que incentiva a las mujeres a asumir los cuidados de estas personas, reforzando así un modelo social obsoleto, que necesita ser transformado. En suma devolviéndola al ámbito de lo privado, a la tiranía de la familia como forma social del patriarcado más rancio. Allí en el ámbito de la sagrada familia, su trabajo no es remunerado, sirviendo a un doble amo: al marido que recibe gratis sus cuidados materiales y afectivos y al hombre social, ese genérico que se niegan a cambiar lingüísticamente porque nos recoge a todos y a todas. La sociedad ve así cumplido su modelo patriarcal: ella está donde debe estar y él recibe lo pactado.

Es indignante que cuando las mujeres llegan a la vejez les espere una pensión ridícula y miserable de 300 euros por su trabajo como amas de casa, trabajo no reconocido por la sociedad, no valorado. El hombre en cambio si recibe un reconocimiento social por su trabajo.

¿Para cuándo un sueldo para las amas de casa, a la manera que ya empieza a reivindicarse la renta básica para todos?

Buena parte de mi tiempo laboral lo he desarrollado en barriadas periféricas, marginales, allí viven o mejor sobreviven, un gran número de mujeres solas - viudas, solteras con hijos, separadas…- desempeñando labores, limpiezas como ellas las llaman. Mujeres como Fuensanta la mujer asesinada por su compañero en el Guadalquivir. Mujeres anónimas, calladas…- ¿Quién las escucha? ¿Quién recoge sus reivindicaciones?, mujeres valientes, arrojadas que les echan agallas a la vida. Mujeres que asumen la violencia que ejerce la familia contra ellas desde pequeñas como algo con lo que tienen que aprender a vivir.

Me pregunto si las contradicciones que denuncia María Pazos son casuales… ¡Ay, esos ministros de economía, con su corte de asesores, que pergeñan los Presupuestos generales del año 2008 en aras de la macroeconomía y se olvidan de la gente de carne y hueso con sus problemas por el vivir diario!

Reivindico la lucha como medio para transformar la realidad. Las mujeres también somos ciudadanas de pleno derecho, no caben componendas, el sistema nacional de pensiones debe asumir las reformas que conduzcan a subsanar la injusticia que denuncia la articulista, porque no hay igualdad que valga sin justicia. Las leyes no obran cambios sociales por sí mismas, hay que tomar medidas que rompan estructuras enquistadas en la sociedad española, que hagan posible la igualdad real. No sea que las mujeres acabemos pensando que el actual gobierno con su Ley de Igualdad solo ha traído MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES.

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