lunes, 28 de abril de 2008

Noticias de la II República en Doña Mencía III


La lucha contra el paro en Doña Mencía

Conservamos un listado completo de los socios del Centro Obrero fechado el 24 de octubre de 1930. El número total de asociados es de 405 personas, todas hombres, y en el mismo figura junto al nombre y los dos apellidos, la edad, el domicilio y si sabían leer. En primer lugar figura Antonio Gómez Jiménez, de 36 años, domiciliado en la calle Santa María 18 y el segundo Manuel Moreno Rosa, de 31 años y domiciliado en la calle Martínez Campos 16. No nos sorprende, desgraciadamente, el alto número de afiliados que no sabían leer.

La situación de los jornaleros de Doña Mencía, a juicio de los miembros de la Sociedad Obrera, era realmente calamitosa y, por tanto, exigían que las autoridades tomaran cartas en el asunto. La cosecha de uva, a la que hemos aludido más arriba, había sido nefasta y la que se avecinaba de aceitunas no iba a remediar la angustia de una parte muy numerosa de la población de Doña Mencía. Hasta la fiesta de Jesús había sido suspendida. Por todo ello, la Junta Directiva de la Sociedad Obrera presenta, con fecha del 29 de octubre, otro escrito a la alcaldía, no se conserva el original sino sólo una copia mecanografiada, en la que se expresa que viendo los obreros que se encuentran en el paro, sin tener medio de ocupación para favorecer la necesidad de su hogar, donde le rogamos que si para el día treinta y uno del actual no se encuentran todos los obreros ocupados V.S disponga lo que tenga por conveniente que no pudiendo saciar la necesidad no hay derecho a que tengan que pasar tantas necesidades las criaturas porque los patronos se nieguen a ocupar a estos obreros. Por ello solicitan se constituya una comisión de patronos y obreros que se reúna en la casa Consistorial a la hora que V.S. tenga por conveniente.

Cuando uno lee estas líneas no puede sino constatar un hecho lamentable en la historia de Andalucía y, por ende también, en la de nuestro pueblo. Un largo atraso económico ha marcado, desgraciadamente, nuestra historia y las quejas sobre el hambre y la falta de empleo aparecen continuamente en las actas del cabildo municipal, tanto en 1930 como en muchos momentos de épocas pasadas. Así, en 1772, y ante otra situación de grave crisis económica, los jornaleros del pueblo, agolpados en la plaza del Pradillo, solicitan al alcalde que la Iglesia dominicana contribuya a paliar su penuria. Ésta argumentará que los fondos de dho Convento parroquial no son tan superabundantes, pero que acreecerá su limosna para todos los pobres trabajadores y demás que lo sean con habas guisadas y pan a proporción de sus personas y familias desde el día de mañana 21 de marzo de 1772.


El alcalde de Doña Mencía se queja del reducido término municipal

No sabemos si se constituyó la comisión paritaria que pedían los jornaleros del pueblo, ni por tanto, conocemos sus conclusiones, si es que llegaron a algunas. En todo caso, el alcalde de Doña Mencía, ¿a la sazón Miguel Lama Úbeda? dirige un escrito al gobernador civil de la provincia, con fecha 5 de noviembre de 1930, en el que, en lo fundamental dice que la villa tiene un reducido término municipal, unas 1500 has, de las que quitadas la pedriza, sólo quedan menos de 100 has laborables, y para ellas existen mil obreros en el término. Por todo ello, señala el alcalde en su escrito, debe comprenderse el grande sacrificio que están haciendo estos patronos y el trabajo de esta Alcaldía y amigos, para dar constante solución a esta cuestión, y, lo que es más preocupante a su juicio, luchando con las pasiones y las propagandas que se vienen haciendo.

Para más inri, el vecino término de Baena, de cuya jurisdicción se separó Doña Mencía en 1654 y con un reducidísimo término, tiene unas QUINCE MIL HECTÁREAS –así aparece en el original- para atender las necesidades de empleo de unos mil quinientos obreros parados. El Ayuntamiento de la localidad vecina obliga a los hacendados de aquel a contratar vecinos de esta villa, verificando un reparto injusto y no respetando estas excepcionales circunstancias de esta villa. Y añade, antes que la divisoria jurídica está la divisoria moral, máxime cuando se trata de un pueblo tan rico y de tanto término y de otro modesto y de chico espacio laborable. Desde la separación de la jurisdicción en 1654, Doña Mencía siempre trató de que sus vecinos no fueran tenidos como forasteros en el término de Baena y de que continuase la comunión de pastos que siempre había existido. Pero a finales de 1930, la coyuntura económica era crítica y cada Ayuntamiento trataba de impedir el trabajo a los jornaleros de otros términos. El problema se agravaba en los pueblos, como el nuestro, con un reducido término y en el que tradicionalmente los jornaleros trabajaban en los términos de los vecinos. Cuando Largo Caballero, como ministro de trabajo del gobierno provisional de la II República puso en marcha la ley de términos municipales con el objeto de evitar de que ante una situación de huelga se contratasen a trabajadores de otros términos, también en Doña Mencía, se decidió solicitar una entrevista con el ministro para evitar las consecuencias negativas que la aplicación rígida de dicha medida podía producir en nuestro pueblo.

Cinco días después de que el alcalde de Doña Mencía hiciera la petición al gobernador civil para que el Ayuntamiento de Baena fuese más generoso con los jornaleros mencianos, la Sociedad Obrera de Oficios Varios dirige un desesperado ultimátum al alcalde para que si en el término de cuatro días no se ocupan todos los obreros y su capital no le deje para comer, por intransigencia tendremos que concurrir ante la presencia del Gobernador de esta provincia.

Conservamos, todavía, algunos documentos de la Sociedad Obrera de Oficios Varios de Doña Mencía desde la fecha anterior hasta fines de año. Con fecha de 22 de noviembre se comunica a la alcaldía que se va a celebrar una sesión extraordinaria en la que va a intervenir Adriano Romero para hacer un informe sobre lo que es y representa el comité de Reconstrucción de la confederación Nacional del Trabajo y cuatro días después piden permiso para que una comisión de dicha sociedad se ponga al habla con el Alcalde en las horas que a V. le sean convenientes de esta noche o mañana noche. Sólo sabemos que poco después solicitaron permiso para que a las ocho del 1 de diciembre puedan reunirse con el alcalde para tratar de los obreros que hay en paro.

El resto de la documentación de este año está constituida por comunicaciones al ayuntamiento en donde consta el día de la reunión y el orden del día de la misma. En la sesión del 31 de diciembre de 1930 presentaron un balance de cuentas con un superavit de 90 ptas y 80 céntimos.

2 comentarios:

Camila dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Camila dijo...

Me interesan las noticias acerca de diversos pueblos y toda su historia. Me encanta poder pedir comidas a domicilio y quedarme en mi casa disfrutando de leer historias de cada pueblo