lunes, 6 de julio de 2009

MILAGRO DE LA DIALÉCTICA


Como aperitivo refrescante de este verano caluroso, os adjuntamos un delicioso chasquarrillo -¿se puede llamar así?- de don Juan Valera. Gracias a nuestro amigo Bernardo Ríos que no descansa ni en verano. Si queréis más información sobre la vida y la obra de Valera podéis hacerlo pinchando aquí. En los próximos días vendrán mas entradas de Valera, pero no olvidaremos la recuperación de la memoria histórica más reciente de Doña Mencía.

MILAGRO DE LA DIALÉCTICA
De vuelta a su lugar, cierto joven estudiante muy atiborrado de doctrina y con el entendimiento más aguzado que punta de lezna quiso lucirse mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados por agua que había en un plato escondió uno con ligereza. Luego preguntó a su padre: -¿Cuántos huevos hay en el plato? El padre contestó: -Uno. El estudiante puso en el plato el otro que tenía en la mano diciendo: -¿Y ahora cuántos hay? El padre volvió a contestar: -Dos. -Pues entonces -replicó el estudiante-, dos que hay ahora y uno que había antes suman tres. Luego son tres los huevos que hay en el plato. El padre se maravilló mucho del saber de su hijo, se quedó atortolado y no atinó a desenredarse del sofisma. El sentido de la vista le persuadía de que allí no había más que dos huevos; pero la dialéctica especulativa y profunda le inclinaba a afirmar que había tres. La madre decidió al fin la cuestión prácticamente. Puso un huevo en el plato de su marido para que se le comiera; tomó otro huevo para ella, y dijo a su sabio vástago: -El tercero, cómetele tú.

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