miércoles, 30 de septiembre de 2009
10. Detenido el estafador menciano, 1901
Todo está inventado. Bueno, casi todo. Y nuestro paisano, cuyo nombre ni siquiera aparece en el recorte de prensa publicado en el diario de Madrid La Época, en su edición de 17 de enero de 1901, además de buen timador debió ser, es conditio sine qua non para que el timo surta efecto, también buen actor. De este modo pudo engañar a la patrona de la casa de huéspedes situada en el número 151 de la calle Fuencarral. El menciano no volvió a Madrid y sorprende el rigor y la diligencia de la justicia, a pesar del elocuente informe del defensor. ¿Cumplió la pena o no pudo ser encontrado el encausado pues –tampoco en esto podemos estar seguros en un buen timador- no era de nuestro pueblo? No sabemos más de sus andanzas.
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