La historia de Doña Mencía sigue siendo desconocida para una gran parte de los mencianos y por ello creemos conveniente dar a la luz el material que se guarda en nuestro Archivo Municipal (AHMDM) -que tan necesitado está de un urgente acondicionamiento- para que todos seamos conscientes de la riqueza que encierra y sepamos valorar su importancia. Para algunos el siglo XX va quedando en el olvido y nos ha parecido oportuno echar una ojeada a algunos aspectos de nuestra historia reciente. De entre los materiales que se guardan en el AHMDM existe una abundante información sobre las asociaciones políticas del primer tercio de siglo y nos sorprende el grado de interés y cultura política de la Doña Mencía de aquella época.
En esta serie de artículos vamos a referirnos a las distintas entidades políticas de distinto signo que surgieron en nuestro pueblo en el primer tercio de siglo y, aunque la documentación es heterogénea, sí podemos hacernos una idea del grado de inquietud política de los mencianos de la primera parte de nuestra centuria. Nos puede sorprender este hecho, pero una de las herencias del franquismo ha sido la apatía, el desinterés y la desconfianza hacia todo lo relacionado con la política, mientras se valoran la participación y la implicación en otras actividades colectivas. Podríamos poner varios ejemplos, pues la situación de nuestro pueblo lo demuestra a las claras.
Un paseo por Doña Mencía en el 1900
Pero antes convendría dar un paseo imaginario por la Doña Mencía de 1900. En aquella época vivían en nuestro pueblo poco más de 4.000 habitantes (4300), el casco urbano era más reducido que el actual, todavía no había agua corriente y el estado de las calles dejaba bastante que desear. El plano de 1892 que adjuntamos puede ofrecernos una idea de cómo era Doña Mencía hace 100 años. Allí podemos leer el nombre de las principales calles y plazas, que con ligeros cambios se han conservado hasta hoy día, y, en general, es la misma estructura urbana que se mantuvo hasta 1950. Comencemos por el castillo y sus alrededores. El Pósito todavía estaba adosado a la muralla sur del castillo -gran parte del cual sería ocupado ya entrado este siglo por el colegio de las religiosas de Cristo Rey- y junto a éste estaban las escuelas públicas en lo que fue los alfolíes del duque de Sessa y Baena, señor de Doña Mencía; las carnicerías se ubicaban en el retranque que existe entre la torre del Homenaje -la que da a la calle Llana- y la torre cilíndrica que mira a la calle Torres, espacio que fue utilizado como matadero público y donde posteriormente hubo dos pequeñas viviendas; y para terminar con el castillo hay que señalar que, desde muy antiguo, una parte del mismo, de la zona de poniente, se destinó para vivienda. Hasta no hace mucho tiempo, principios de los 50, se conservó la fachada meridional del castillo con una bella portada barroca de frontón partido, la cual en parte fue salvada y trasladada al actual parque municipal y que todavía podemos contemplar.
El antiguo convento de dominicos y sus dependencias se extendían por las viviendas actuales de la calle Torres, la fábrica de aguardiente y llegaba hasta los actuales terrenos de la calle Pilar de Abajo. Hasta hace pocos años se conservó la fachada norte con sus bellas balconadas de hierro forjado. En la calle Llana estaba el Mesón, que perteneció a los bienes de convento hasta la desamortización del XIX, y también allí se encuentran todavía dos viviendas que pertenecieron a la familia de los Valera y Alcalá-Galiano y que, al menos una de ellas, conserva la portada de mármol de Cabra con frontón partido y escudo de la orden de Calatrava.
Una pequeña ermita había en la calle Hospital -o del Espíritu Santo-, que a principios de siglo se extendía desde la calle Arriba hasta la calle vuelta de Sacramento y que con motivo de la construcción del nuevo templo, tras el incendio de la iglesia dominicana en septiembre de 1932, se retranqueó esta calle para ampliar la plazuela de la Cruz realzando la fachada de la nueva iglesia.
En el actual mercado de Abastos, al final de la calle Santa María, estuvo durante mucho tiempo la sede del centro obrero de Oficios Varios de Doña Mencía, del que hablaremos en este pequeño trabajo y en la calle Reñidero, actual San Pedro Mártir, ya estaba la escuela de Párvulos.
En la actual plaza de Andalucía -la antigua plaza del Pradillo, Mayor o de la Constitución-, se ubicaban las Casas Consistoriales, o Ayuntamiento, desde el primer tercio del siglo XVIII y en el centro de la misma había unas farolas de hierro forjado. También había un pilar en la pequeña explanada que conducía a la calle Granada y que se conservó hasta mediados de siglo, reproducido en tantas fotografías antiguas de nuestro pueblo. En la calle Barranco, actual García Lorca, existía una calleja sin salida, la de Roldanes, que desapareció con posterioridad. No olvidemos que el tradicional nombre de Las cuatros esquinas, en la confluencia de las calles Granada y Barranco, aparece ya en los documentos del siglo XVIII. Al final de la calle Granada, en el paraje conocido como La Cruz del Muelle, existía una huerta municipal desde el primer tercio del siglo XVIII, lugar donde con anterioridad "abrieron carneros" para depositar algunos cadáveres con motivo de la peste de 1680 -la que dio origen a la fiesta de Jesús Nazareno-. Junto a este lugar estaba el Pilarito, del que se conserva la venera que recogía el agua y que mantiene una inscripción con el año de su construcción (1779) y que podemos ver en la actualidad en la fuente central de la parte alta del parque.
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