miércoles, 7 de mayo de 2008

Noticias de la II República en Doña Mencía VI

Francisco Güeto Vargas, alcalde interino el 14 de abril de 1931

Tras una alcaldía de transición, constituida en la sesión extraordinaria del 15 de marzo, con Pedro Moreno Moreno como jefe de la corporación y con concejales, en su mayoría, pertenecientes a los propietarios del pueblo, en otra sesión extraordinaria, celebrada tres días después de los comicios municipales del 14 de abril de 1931, es nombrado alcalde de manera interina por el gobierno de la República Francisco Güeto Vargas, constituyéndose una Gestora republicana cinco días después formada por el dicho alcalde y Juan Navas Jiménez, Manuel Montes Priego y Antonio Muñoz Priego.

Francisco Güeto Vargas había sido ya alcalde en los años 20 –desde el 10 de enero de 1924 hasta mediados del año siguiente-. Su presencia como alcalde interino de la República –hasta el nombramiento de Manuel Moreno Rosa el 6 de junio de 1931- debe entenderse teniendo en cuenta la trayectoria republicana de su familia, de la que destaca también en los años veinte Juan Güeto Roldán, con una labor muy crítica hacia las efímeras corporaciones de Doña Mencía durante la Dictadura de Primo de Rivera. Así, en su intervención en el pleno de 13 de diciembre de 1923 se quejaría del la lamentable situación de las escuelas de Doña Mencía y de la miseria de sus maestros. Sería verdaderamente justo que se hiciera un acto de reconocimiento a la familia de los Güeto de nuestro pueblo que ha jugado un papel político en el primer tercio del siglo XX marcado por el compromiso con una República y con los cambios hacia una Doña Mencía más avanzada. Basta repasar la historia de las asociaciones políticas en nuestro pueblo para comprobar la constante presencia de los miembros de esta familia en las mismas.

De acuerdo con el artículo 29, según el cual si el número de candidatos era menor al número de concejales que se debían cubrir, en Doña Mencía no hubo elecciones el 12 de abril, pero tras la proclamación de la República se convocaron de nuevo comicios municipales para el 31 de mayo, de cuyos resultados hablaremos más tarde. La II República no llegaría en buen momento en nuestro pueblo.

En el acta municipal del 9 de abril, cinco días antes de que su proclamación, se hace constar que se han facilitado en concepto de ayudas a los más necesitados del pueblo 2.339 kgs de pan, 1.883 raciones de alubias y 2.594 de aceite. Todo ello supuso un monto total de 2.221 ptas de las arcas municipales. En la sesión del 17 de abril, como no, se trató del tema que más preocupaba a la corporación, el problema de las subsistencias, por lo que se acordó celebrar una cita con los panaderos del pueblo para ver de qué manera se podía abaratar el precio del pan. También, en la misma sesión, fue destituido el jefe de la policía municipal y se da la bienvenida a la República. Más tarde dimitirían dos guardias municipales y un guardia de campo, haciendo constar los primeros que su dimisión era libre y no obedecía a presión alguna.


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