jueves, 8 de mayo de 2008

Noticias de la II República en Doña Mencía, VII

1 de mayo de 1931

Entre las peticiones de los manifestantes se solicita la abolición de la enseñanza religiosa y ataúd para todos los difuntos pobres

Tras la proclamación de la República en Doña Mencía, la Sociedad de Oficios Varios del pueblo se reafirma en sus propuestas de cambio, aprovechando las expectativas que despierta el nuevo régimen. Así, con fecha del 27 de abril dirige una petición al alcalde interino, en la que se hace referencia a una entrevista que han mantenido con el “Gobernador Civil de esta provincia estando presentes D. Juan Navas y D. Francisco Ortiz Gan y de nuestra parte José Úbeda y Francisco Gómez, para que “se nos aumente el salario hasta tres pesetas cincuenta céntimos”. Hay otra comunicación a la alcaldía para celebrar una reunión el día 30 de abril a las nueve de la noche y en esa reunión se acordó, entre otras cosas, solicitar permiso para celebrar una manifestación el día 1 de mayo - que “saldrá de nuestro domicilio social y partirá por la calle Prim y Bendición y tomando por la calle Granada y Aguas, Jaén, Martínez Campos, Juan Valera, Alfonso XII y Obispo Cubero de regreso a la plazuela de la Cruz y Santa María donde reside nuestro domicilio social”- y elevar las siguientes peticiones: “Creación de las escuelas y materiales gratuitos; abolición de la enseñanza religiosa a los niños y que las escuelas tengan higiene; un setenta y cinco por ciento del salario para resolverse el paro forzoso; ataúd para todos los difuntos pobres y medidas que intensifiquen la construcción de casas baratas”.

De dicha manifestación se envió una nota mecanografiada a la alcaldía con las peticiones que antes se habían suscrito e indicando que la manifestación se había celebrado “con toda tranquilidad y orden."

Pero algunas de las medidas del nuevo gobierno, sobre todo la Ley de términos municipales, de Largo Caballero, por la que los patronos debían contratar a los jornaleros de su municipio, no fue recibida, por razones lógicas en nuestro pueblo, que, al tener un término tan reducido, era normal trabajar en los términos de los pueblos colindantes. Por ello, en la sesión municipal del 4 de mayo de 1931, además de ordenarse “la limpieza, aseo y reparación de rondas y calles del pueblo” como primera medida para atajar las negativas consecuencias del elevado paro entre los jornaleros mencianos, se alude a las repetidas veces en que se ha acudido al Gobierno Civil para protestar por el Decreto de términos municipales “por el cual son expulsados los vecinos de Doña Mencía de otros pueblos”. Y varios días más tarde, el 16 de mayo, se dedica una sesión extraordinaria con un único punto en el orden del día: “instancia de derogación del decreto ministerial en relación con el trabajo en los términos municipales” en la que se acuerda realizar una visita al ministro de Trabajo, Largo Caballero, hacia el 18 o 19 de mayo por parte del miembro de la corporación, Juan Navas Jiménez.

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