lunes, 23 de marzo de 2009

La vida cotidiana en Doña Mencía hasta el final de la guerra civil. 1938 (II)

Bando municipal publicado el 11 de septiembre de 1938 en donde se conmina a acudir al Brillante para recibir los restos del teniente Don Francisco Contreras Navas. AHMDM.

Las cuentas de Caudales del segundo y tercer trimestre de 1938 del Ayuntamiento de Doña Mencía guardan diversos recibos a través de los cuales podemos obtener cierta información sobre las preocupaciones del comandante militar de la Guardia Civil, autoridad de facto en el municipio.

Además de los haberes abonados a los familiares de los fallecidos en la zona rebelde, figura el gasto que generó la estancia en este pueblo del Primer Jefe del Estado Mayor de la 31 División (5 de mayo de 1938), o lo que supuso el pan y los chorizos facilitados a las fuerzas del regimiento de Oviedo. Y son varios los bandos dirigidos a los propietarios de diverso ganado para su posible requisa si es que la autoridad lo considera oportuno. En uno de ellos –cuya fecha exacta no figura en el texto mecanografiado- el comandante militar de la villa hace saber que todos los que posean ganado caballar domado y que tenga la marca reglamentaria se presentarán a las 11 horas en el cuartel de la Guardia Civil, sin excusa ni pretexto, con nota escrita de la clase del solípedo, edad y nombre del dueño y en otro, fechado el 19 de mayo de 1938, se solicita también que todos los poseedores de ganados, incluso gallinas, pavos y patos, presenten su declaración de existencias.

La preocupación por el aprovisionamiento de víveres, sobre todo destinados a la tropa, continuó en el verano de 1938. Así con fecha de 3 de agosto, y por orden de Queipo de Llano, Excmo Señor General Jefe del Ejército del Sur, se solicita que en el improrrogable plazo de 72 horas se presenten en la Comandancia militar del pueblo –o sea la casa cuartel de la Guardia Civil- relaciones juradas de cada uno de los artículos: GARBANZOS, ALUBIAS, LENTEJAS, CEBADA, AVENA, CENTENO Y HABAS (figura en mayúscula en el documento original). Otra preocupación estaba relacionada con el temor a quedarse incomunicados en el pueblo: así, pocos días antes del bando citado más arriba, se comunica que serán sometidas a procedimientos sumarísimos –de acuerdo con lo establecido en el Código de justicia Militar y lo recogido en el apartado B del artículo 5 del bando del Estado de Guerra de 28 de julio de 1936- aquellas personas que con sus carretas cargadas de gavillas, al cruzar por debajo de las líneas telefónicas, produzcan cortes en las mismas.

También tenemos noticias de los soldados fallecidos en la zona rebelde. Así, el 11 de septiembre de 1938 se publica un bando comunicando que a las 9 de la mañana llega al pueblo el cadáver del teniente Francisco Contreras Navas, muerto gloriosamente en el frente de Castellón, por lo que se convoca a todos los vecinos a acudir al Brillante a rendirle el último tributo y la Comisión Gestora municipal reunida poco días después también se hace eco de dos nuevas muertes: la de Gerardo Tapia Montes y Antonio Montes López, pertenecientes al regimiento de Infantería de Pavía número 7.

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