lunes, 29 de diciembre de 2008

Las calles de Doña Mencía toman el nombre de los rebeldes

La memoria de los vencedores 02

Si la relación de desaparecidos mencianos del lado republicano todavía no está cerrada y no sabemos con exactitud donde y cuántos murieron, si disponemos de la información relativa a las víctimas del lado franquista. Así, en el acta capitular del 19 de enero de 1937 aparece la primera reseña de un oficial franquista de Doña Mencía muerto en acción de guerra. Nos referimos a Eduardo Sánchez Fernández, teniente de la Legión, muerto en la toma de Aravaca, en el frente de Madrid, el 7 de enero de 1937, cuando en plena juventud siguiendo la gesta heroica de nuestro glorioso ejército, salvaguardia de la civilización mundial (sic), se alistó al tercio, ese puñado de valientes que tan alto ha puesto el nombre de España, y de triunfo en triunfo iba cosechando laureles hasta que en la toma de Aravaca (frente de Madrid) como si Dios quisiera un héroe más para su corte celestial le envió una bala certera del campo enemigo, que le llevó para siempre a la Gloria. Su pueblo natal, desde que conoció la noticia, está de luto por la pérdida del amigo noble, bueno, leal y caballerosoLa Comisión Gestora municipal acuerda, entre otras cosas, nombrarlo hijo bueno de Doña Mencía, que conste en acta el sentimiento del Ayuntamiento y del pueblo por su pérdida, que la calle Granada tome el nombre del teniente Eduardo Sánchez Fernández y que se coloque una lápida en la casa en la que nació. El excesivo tono falso y grandilocuente del escribano municipal concuerda bien con la demagogia que ostentó el régimen franquista hasta su fenecimiento. No sería el último soldado menciano en caer del lado franquista. Así, en el acta del 2 de abril de 1937, dedica igual trato a Miguel Ortiz Lama, muerto a consecuencia del criminal bombardeo de la aviación roja del hospital militar de Córdoba el día uno del corriente. También, no podía ser menos, se le nombra hijo bueno del pueblo, se le pone su nombre a la calle Aguas y que la placa sea costeada por el Ayuntamiento.

Cambio de nombre de las calles del pueblo

¿Cuántos cambios se han producido en las calles de los pueblos de España? ¿Sabe el lector de cuántas maneras se ha llamado la calle Arriba de Doña Mencía? Y, como no, los que ya se creían vencedores de aquella guerra cruel, en la sesión del último día de agosto de 1937, deciden, erigiéndose en portavoces de un gran sector de opinión de este vecindario de que sean variados los nombres de algunas calles del pueblo sustituyéndolas unas por los representativos del nuevo Estado, por los de los hijos del pueblo que han dado su vida por la Patria –se refiere, obviamente, no a todos los hijos del pueblo sino sólo a los de una parte-, otros por fin que no debieron nuca de ser cambiados y debe pues volverse a su primitivo nombre que una política sectaria borró en mal hora. Y estos son los nuevos nombres, los que perduraron hasta el advenimiento de los primeros ayuntamientos democráticos tras las elecciones de 1979. La plaza Mayor se denominará, como no, plaza del Generalísimo Franco; la plazuela de la Cruz, plaza de Calvo Sotelo; la calle Arriba que, tras el triunfo de las izquierdas en las elecciones de mayo de 1931, se llamó 14 de abril, toma el nombre del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera; la calle en la que vive el que esto escribe, la calle Baena, se dedicó al virrey de Andalucía, Gonzalo Queipo de Llano; la calle Prim ahora se dedica a uno de los organizadores de la rebelión y posterior represión en Córdoba, el coronel Cascajo; el nombre de Sainz de Buruaga, el jefe de las fuerzas que entraron en esta población el día 30 de agosto del año anterior, se aplica a la calle Eras; la avenida de la República, antes Granada, tomará el nombre de los hermanos Sánchez ampliándolo a su hermano Manuel, capitán del ejército que también ha sucumbido en la actual campaña; la calle Alta pasará a llamarse Cubero Padillo, hijo de este pueblo muerto en el frente de Peñarroya; la antigua callejuela de Los Gitanos –actual calle Tránsito-, se llamará Fernando Arrebola Gan, muerto por la patria en Villafranca de Córdoba; la dedicada a Pi y Margall recobrará el nombre de Bendición y la de Pilar de Arriba recobra su nombre original después de llamarse Joaquín Costa, antes Martínez Campos.

En la misma reunión se acordó conmemorar el día de Jesús con fiesta religiosa y procesión, en desagravio al tiempo reciente y por fortuna pasado en que los poderes constituidos no daban libertad a los sentimientos de veneración que siempre tuvo y tiene este pueblo por su protector. Se acordó contratar a la banda de música del Ave María de Cabra para que amenizara la fiesta.

lunes, 22 de diciembre de 2008

La memoria de los vencedores 01


Reposición de los crucifijos en las escuelas y del cuadro del Obispo Cubero en la Sala Capitular y cese de todos los funcionarios municipales sospechosos

La memoria de los vencedores si fue recuperada con creces. Algunos de sus caídos dieron nombre a las calles del pueblo, fueron nombrados hijos buenos y predilectos y sus nombres figuraron -y todavía figuran en numerosas localidades de España- en la lápida colocada en la fachada de la Iglesia. Sabemos los detalles de sus muertes, el lugar y el día en que fallecieron luchando por la Patria. Las actas de la Comisión Gestora que se constituyó en Doña Mencía a principios del mes de septiembre de 1936 no nos informan de todo lo sucedido en el pueblo, pero si nos ofrecen algunas claves para entender aquella etapa trágica de la historia de España.

Lo que viene a continuación es un resumen de las decisiones tomadas por la Comisión Gestora Municipal que se constituyó en Doña Mencía desde principios de septiembre de 1936. La primera sesión se celebra el 4 de septiembre bajo la presidencia del comandante militar Berlanga y el objetivo fundamental era nombrar los nuevos cargos de la primera corporación franquista de la que saldría elegido como alcalde Florencio Morales. En la segunda reunión, celebrada una semana después, se decide, entre otras cosas, destituir a los funcionarios municipales no adictos a la causa, entre los que figuran el secretario, Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz, por haber llegado a su conocimiento que había quien su conducta no se ajustaba a los deberes y decidida adhesión a la autoridad en la lucha social de convatir al marxismo que ha provocado la guerra civil que destruye España; celebrar el 15 de septiembre, con motivo del día Jesús, una misa de campaña en la plaza de la República que todavía mantiene su nombre -aunque por poco tiempo-; reponer los crucifijos en las escuelas -asunto que de nuevo es motivo de disputa jurídica en la sociedad española-, y, en tercer lugar, reponer también, aprovechando el día de Jesús, y en un acto público el cuadro del Obispo Cubero en la Sala Capitular de esta casa Consistorial el cuadro retrato del Excmo e Ilustrísmo señor Don Pedro María Cubero López de Padilla, obispo de Orihuela, gloria y honra de este pueblo, nacido el 10 de noviembre de 1881. Después se citan sus titulos y honores que adornaban a aquel preclaro hijo de Doña Mencía. Este vecindario -continua- dedicó a las glorias de su eminente paisano y hermano de sangre aquel entusiástico recuerdo de retrato y lápida conmemorativa en la Sala Capitular de la que fue descolgado a petición de un vocal laico de este ayuntamiento en la sesión del 5 de octubre de 1932.

En la sesión del 15 de septiembre se aludió al listado remitido a Queipo de Llano, Excmo. Sr. General de la 2ª División Orgánica en el que consta la relación de personas que se han ausentado y no regresado a pesar del requerimiento que se les ha hecho por edictos ¡cómo si no supieran las razones por las que no querían volver! También se acuerda en dicha sesión ratificar lo decidido en la celebrada el 11 de septiembre sobre la suspensión de empleo y sueldo de los funcionarios que se relacionan: D. Francisco Rosa Cívico, alguacil portero del Ayuntamiento; D. Manuel Jiménez Úbeda, D. Pedro Baena Fernández y D. Vicente Ruiz Bujalance, los tres que desempeñaron el cargo de guardias de vigilancia urbana. A continuación figuran los ya citados Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz, que han sido detenidos a virtud de orden de la autoridad militar -serían fusilados el 8 de octubre de 1936- . La relación completa de funcionarios municipales, tanto los ratificados en sus puestos como los cesados figura en el acta del 31 de octubre.

sábado, 13 de diciembre de 2008

La saca del 12 de septiembre de 1936

Otros testimonios orales hablan de la expedición del 12 de septiembre de 1936 en la que fueron fusilados Juan de Mata Urbano Caballero, 45 años, jornalero, el factor de la estación y otros nombres sin determinar. ¿Estaban entre ellos los cinco ferroviarios a los que se refieren algunas personas mayores de Doña Mencía? ¿En aquella saca iba Pepe el Planchao? ¿También iba en ella Francisco Cubero, un hombre alto y humilde que vivía en la casa de Las Vacas, en la carretera, según nos dice V.B.?

En otra de las sacas, en la del 18 de septiembre, también se llevaron, nos dice V.B. a Manuel Orea Muñoz, aperaor, con más de 60 años, porque llevaba a trabajar a obreros de izquierdas. También varios testimonios orales citan al padre de Juan Domingo, el Lenteja, llamado Juan Caballero Priego, de 33 años aproximadamente, entre los fusilados en nuestro pueblo. Era cazador y se dedicaba a recargar los cartuchos.

¿Y los nombres de los demás? A lo publicado, hace ya 26 años, por Francisco Moreno Gómez hemos de añadir los nombres que aparecen en su reciente libro en la página 827 y que debemos sumar a los señalados más arriba. Estos son los nuevos nombres de los fusilados en Doña Mencía:


Galo Cortes Jiménez, 25 años, campo, fusilado el 23 de septiembre en Córdoba capital.
Eduardo Amores Lucena, 38 años, jornalero, fusilado el 1 de octubre de 1936, en el Salinero.
Juan Jiménez Gómez, 23 años, tabernero, fusilado el 28 de octubre de 1936,en Córdoba capital.

Antonio Jiménez Arjona, 24 años, campo, fusilado el 21 de diciembre de 1936 en las afueras de Baena.

Los testimonios orales concuerdan con lo que aparece en el libro pues, a tenor de lo declarado por V.B., que permaneció en el pueblo y que después lucharía en la batalla del Ebro del lado franquista, “La última expedición fue la de los once y se produjo a principios de diciembre de 1936 y se los llevaron a Córdoba. A los demás los llevaban a fusilar a Monturque, al Salinero. A finales de agosto de 1936 o principios de septiembre trajeron a 6 detenidos de Zuheros y los fusilaron cerca del cementerio de Doña Mencía. Uno de ellos quedó vivo y fue rematado con la culata del fusil como se mata a un lagarto”, nos cuenta V.B.

Veamos el listado de personas fusiladas de Doña Mencía que aparecieron ya en el primer libro de Francisco Moreno Gómez:

José Utrera Albendín, 39 fundidor. Pág. 697. 17 de agosto de 1936.
Basilio Gómez Fernández, 60, campo. Pág 698. 20 de agosto de 1936.
Antonio Ojeda Moreno, 32 años, jornalero. Pág. 711. 27 de noviembre de 1936.

Los once que siguen corresponden a la saca de primeros de diciembre entre los que iba Antonio Léon López, del que hemos hablado en otra entrada.

1
Jacinto Priego Luna, 31 jornalero. Pág. 711. 6 de diciembre de 1936. Tiene en número 67 en la lista de los que se ausentaron del pueblo a finales de julio de 1936. Alias Sulika.
2
Rafael Jiménez Jiménez, 54 jornalero. Pág. 711. 6 de diciembre de 1936. Tenía 6 hijos, nos dice V.B.
3
Tomás Gómez Jiménez, 54, jornalero. Pág. 711. 6 de diciembre de 1936. Aparece con el número 77 de la lista de ausentes. Marido de la popularmente llamada la Cuca. Vivía en las Moreras, en una casa de vecinos de los Vergara. Fueron a por él al cortijo de La Cagarruta. “Yo me crucé con ellos cuando lo traían al pueblo”, según el testimonio de V.B. “A él lo traían en una bestia mientras sus captores iban en un caballo”.
4
Antonio León López, 31, jornalero, Pág. 711. 6 de diciembre de 1936.
5
Diego Moreno Muñoz, 55, jornalero. Pág. 711 6 de diciembre de 1936. Alias el Minero. Vivía detrás de las Bodegas Lama, en la casa de vecinos de El Niño Feo.
6
José Lastres Baena, 41, jornalero Pág. 712, 6 de diciembre de 1936. Todavía vive su hija en la calle Arriba.
7
Andrés Poyato Amo, 32, jornalero Pág. 712, 6 de diciembre de 1936. Marido de Ramona, la Cubana.
8
Julián Borrallo Moreno, 39, jornalero Pág. 712, 6 de diciembre de 1936. Llamado el cojo Angelico, arrastraba la pierna cuando trabajaba en el campo.
9
Floro Miguel Campos Jiménez, 29, jornalero Pág. 712, 6 de diciembre de 1936. Era hermano de la Charla, primo del médico Campos.
10
Ángel Ruiz Muñoz, 55, jornalero Pág. 712, 6 de diciembre de 1936.
11
Manuel Gómez Ordóñez, 30, jornalero Pág. 712, 6 de diciembre de 1936. Aparece en el listado, número 16 de la lista de los que huyeron del pueblo.

Y por último aparece:
José Córdoba Cortés, 25, jornalero, según figura en el libro de Moreno Gómez (pág. 720) fue fusilado el 11 de marzo de 1938.

“Yo no estaba aquí cuando entraron los nacionales pero me contaron que empezaron a saquear las casas de los que nos habíamos ido y a meter gente presa y a los dos días un camión en la puerta y al paredón. Los llevaban a Monturque, al derecho del Salinero, en una cuesta que había allí. A algunos los llevaron a Córdoba a la Cuesta del Espino, eso me contaron”, nos dice R.M., y añade “¡Lo que hicieron en este pueblo no lo hacen ni los locos! ¡Un pueblo como éste si haberse manchado… sin haber molestado a nadie! ¿A quién se molestó? Y hacer lo que hicieron. Eso no se hace. La represión fue más que dura. Esto no pasó en ningún sitio. Incluso fusilaron a un padre con su hijo haciendo guardia de falangista…”, afirma, al referirse a Fernando Contreras.

martes, 9 de diciembre de 2008

Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz

Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz, secretario y oficial del Ayuntamiento, fusilados en Doña Mencía en 1936

A Francisca y Visita hay que sumar entre los fusilados de Doña Mencía en 1936 a dos personas relacionadas con la derecha: el secretario del Ayuntamiento Joaquín Torres Pozuelo y Fernando Contreras Muñoz, oficial también del Ayuntamiento de Doña Mencía. A los dos se les acusaría, probablemente, de connivencia con los republicanos cuando el pueblo estuvo bajo su dominio. Respecto Al primero, Moreno Gómez1 comenta que, quizá debido a su excesivo legalismo al denunciar que José Sánchez, el médico del pueblo, no podía ser al mismo tiempo miembro de la Comisión Gestora, fue fusilado, aunque no se cita en la relación que aparece en la página 827 del libro. Algunos testimonios nos hablan de la sorpresa que este hecho produjo en su hermano al enterarse de la noticia en Madrid durante la guerra, pues no podía entender que las gentes de derechas de Doña Mencía habían ordenado su fusilamiento.

El nombre de Fernando Contreras Muñoz aparece en varios documentos relacionados con las asociaciones políticas de tendencia conservadora en la Doña Mencía del primer tercio de siglo. Así, en 1913, en la documentación que nos habla del Círculo de Labradores, domiciliado en la Plaza Mayor, 34, nacido el 26 de enero de 1909, su presidente era Francisco Contreras Vargas y el secretario Fernando Contreras Muñoz. También aparece en 1905 como secretario de El fomento del Trabajo, otra asociación de principios de siglo cuyo objetivo fundamental era establecer la armonía y estrechez entre patronos y obreros...

¿Cuándo se produjo esta saca?
En la sesión del 15 de septiembre de 1936 se enumeran los funcionarios desposeídos de sus cargos y detenidos a virtud de orden de la autoridad militar, aunque la decisión se había tomado en la reunión celebrada cuatro días antes por haber llegado a su conocimiento que había quien su conducta no se ajustaba a los deberes y decidida adhesión a la autoridad en la lucha social de convatir (sic) al marxismo que ha provocado la guerra civil que destruye España. Conducta que para defenderla sigue esta Corporación asociada de los elementos de asistencia ciudadana puesta en armas para sostener el orden público.
Los señores vocales coincidieron en idénticas creencias de desconfianza hacia determinados funcionarios, que implica un principio de insubordinación peligrosa en las actuales circunstancias, y como medida de previsión en estado de guerra (como medida de previsión) conviene hacer desaparecer, para la tranquilidad, toda sospecha de deslealtad por parte de cualquier funcionario, presidiendo en el presente caso un gran pesar de la Corporación... (AHMD Acta Comisión Gestora Municipal 11 de septiembre de 1936). Bastan los comentarios.

En la relación de Moreno Gómez antes citada2 aparece en sexto lugar el nombre de Fernando Contreras Muñoz, 60 años, labrador, fusilado el 8 de octubre de 1936 en el término de Doña Mencía. Se dice que aquel día su hijo, falangista, fue cambiado de la guardia del Brillante para que no viera pasar a su padre cuando lo llevaban detenido.

jueves, 4 de diciembre de 2008

A Francisca Ruiz y Visitación Jiménez

Las dos mujeres mencianas desaparecidas, víctimas de la represión franquista durante la guerra civil

Antonio León López iba en la última saca de paseados, según varios testimonios, aunque no sería el último de los fusilados en Doña Mencía. Pero, ¿qué pasó en nuestro pueblo tras el inicio del golpe militar encabezado por Franco? Parte de lo que vamos a contar ya ha sido escrito en este blog en anteriores entradas, pero añadiremos otras de las que no hemos hablado hasta ahora.

No tenemos noticias muy detalladas sobre lo que ocurrió en nuestro pueblo durante la guerra civil. Conservamos los bandos municipales y disponemos de varios documentos de los 14 días en los que el poder estuvo en manos de los defensores de la República, bajo la alcaldía de Esteban Cejudo Montes, de Izquierda Republicana, sostenida en gran parte por un movimiento obrero de ideología mayoritariamente comunista liderado por Manuel Moreno Rosa, alcalde desde junio a septiembre de 1931 y destituido en marzo de 1936, tras ser restituido en el poder con el triunfo del frente Popular . En la documentación tramitada en octubre de 1942 para elaborar la Causa General, la memoria de los vencedores, podemos leer los nombres de los 16 miembros de la organización afecta al partido comunista de esta localidad (que) dependía de las órdenes que recibía de fuera y también, en otro listado, aparece la relación del personal de derechas residentes en esta localidad que fue encarcelado por los elementos rojos durante el dominio de éstos en la población. En el listado aparecen 42 personas, encabezado por el párroco del pueblo, D. Juan Navas Barba, que estuvo encarcelado desde 25 de julio hasta el 1 de agosto de 1936, aunque de noche, así aparece en nota adjunta, dormía en su domicilio. Casi una cuarta parte de las personas de dicho listado sólo estuvo encarcelada un solo día. El trato a los detenidos fue bueno a pesar de tenerlos asustados con que los quemarían vivos, se expresa en el lateral derecho del informe.

¿Qué pasó después? La Guardia Civil había huido a Cabra y una vez que llegaron a Doña Mencía las noticias de la terrible represión en Baena en los últimos días de julio, la mayoría de las personas, afines al partido comunista, al socialista u a otras organizaciones republicanas, huyeron del pueblo. La última acta capitular de la corporación republicana, con Manuel Ruiz Cañete como alcalde, tiene fecha del 5 de agosto de 1936 y en la misma se hace constar que el anterior alcalde, Esteban Cejudo Montes y otros miembros de la corporación, Juan M. Cubero Jurado, Vicente Polo y Rafael Urbano Poyato han abandonado el pueblo. En dicha reunión se habla del fallido intento para que el Jefe de la Guardia Civil envíe desde Cabra fuerzas con objeto de “evitar cualquier posible agresión de elementos extraños que andaban por los alrededores” y se estudia una propuesta de Manuel Montes Jurado para que el reparto de comida de la cocina popular sea más equitativo.

Según consta en el acta de la Comisión Gestora que se constituyó en el pueblo a partir del 5 de septiembre, las tropas franquistas, comandadas por Sainz de Buruaga, entraron en Doña Mencía el 30 de agosto. Sólo permanecieron aquí aquellas personas que no se había señalado políticamente y que, pensaban, no les sucedería nada. Pero no fue así.

Ya sea por instigación de las fuerzas de derechas de la localidad o por presiones desde Córdoba, en nuestro pueblo el número de personas paseadas –es decir fusiladas tras ser detenidas en su domicilio - supera la treintena. En una de las sacas iban dos mujeres: Francisca Ruiz “La Zagalla”, porque había colaborado con los republicanos en la cocina popular que se organizó en la Iglesia de la plaza que todavía estaba en construcción -“aquella mujer”, nos dice V.B., “cocinaba en las bodas y por eso la llamaron los milicianos”1 y de Visita, María Visitación Jiménez Borrallo,2 una mujer viuda de más 60 años de edad y sin hijos, que tenía una pequeña tienda en la Cruz Colorá –como un cajón de tabaco bocabajo y, al fondo, un cuadro de Mariana Pineda- y a la que se le acusaba de leerles el “Mundo Obrero” a las mujeres. Se cuenta que cuando iba a ser fusilada y aprovechando el revuelo que se produjo con la huida de uno de los detenidos –el llamado popularmente Niño Bonito- destruyó el dinero que llevaba en el refajo, para que no les sirviese a sus asesinos.

Esto es lo que nos dice R.M. de la huida del Niño Bonito, que moriría en Barcelona en marzo de 2003. “Uno de los detenidos se salvó y cuando ya se fueron los fascistas llegó hasta donde estaban los otros ya fusilados”. Eso me lo contó él a mí, “se fue hacia la Sierra de Cabra, por Las Lomas. Llegó a la viña, era el tiempo de la vendimia, en la que estaban el padre y la madre. Le trajeron ropa y comida. Se fue por el arroyo Guadalmoral. Iba herido de una pierna y se fue a aquel lado, al lado de los republicanos”.

1Este nombre no aparece en el reciente libro de Francisco MORENO GÓMEZ 1936: el Genocidio franquista en Córdoba, en la relación de fusilados en Doña Mencía. Pág. 827. En la pág. 911-912 aparecen los fusilados en el mes de diciembre de 1936, que ya se citaban en el libro anterior de este historiador, uno de los pioneros en la investigación sobre la represión franquista en nuestra provincia.

2Aparece citada en el libro de MORENO GÓMEZ en la página 827, fusilada en el término de Monturque.

martes, 2 de diciembre de 2008


Antonio León López, albañil, 31 años.

Natural de Doña Mencía y fusilado en Córdoba el 6 de diciembre de 1936

Tras un merecido y largo descanso reiniciamos el blog con alguna de las aportaciones de las últimas jornadas de historia local celebradas los pasados 14, 15 y 16 de noviembre en la Casa de la Cultura de Doña Mencía y dedicadas a la recuperación de la memoria histórica. Por primera vez y públicamente se leyó la lista de desaparecidos en nuestro pueblo víctimas de la represión franquista durante la guerra civil y en la posguerra. Entre ellos figuraba Antonio León López, jornalero con 31 años de edad, que, según los datos recogidos por Francisco Moreno Gómez en su primer libro (pág. 711) publicado en los años 80 –también figura en el que acaba de publicar en Crítica sobre El genocidio franquista en Córdoba- fue fusilado en Córdoba el 6 de diciembre de 1936.

La última expedición fue la de los once y se produjo a principios de diciembre de 1936 y se los llevaron a Córdoba. A los demás los llevaban a fusilar a Monturque, al Salinero.”, nos cuenta V.B.

“Antonio León López era del campo y albañil. Una persona amable y buenísima nos dice I. Él no hizo nada –como tampoco los que se fueron del pueblo- ni se había destacado políticamente y por eso se quedó en Doña Mencía. Vivía en el paseo y, según me comentó un familiar suyo se lo llevaron a principios de noviembre o diciembre. Pedro, uno de sus dos hijos, sólo tenía tres años cuando fueron a por él. Llegaron por la noche, a eso de las 10,30 horas. Antonio tenía a su hijo Pedro en las rodillas. Todavía no se habían ido a la cama porque estaban partiendo aceitunas. A su hijo se lo arrancaron a la fuerza de los brazos y aquello, Pedro, no lo superó nunca. No quería tampoco hablar de aquel terrible suceso, pero poco antes de morir todavía reconocía la foto de su padre. Varias vecinas vieron al camión en la puerta de la casa y contemplaron la detención. Al parecer, una de las personas de derechas del pueblo pregunto a la madre de Antonio si éste no se iba del pueblo. Ella le respondió que su hijo no había hecho nada y no tenía por qué irse. Más tarde se enfrentaría a él al recriminarle que no le había dicho todo lo que sabía”.