domingo, 29 de junio de 2008

A mi amigo Joseillo

Doña Mencía, junio 1966.
De izquierda a derecha: Quico, Vicente Tienda, Antoñín, José Cubero, Joseillo y Domingo.

Yo descubrí el fútbol en 1966. Bueno, casi me atrevo a decir que Joseillo y yo lo hicimos al mismo tiempo. Habíamos ido juntos a la escuela de Don Juan Muñoz –al que no le gustaba nada el fútbol-, y, aunque en el patio jugábamos más al llamado balón tiro que al fútbol, algún que otro recreo se dedicó al deporte rey. ¿Ocurrió de verdad o es una invención mía de 40 años después? ¿Es verdad que don Amador le dio una bofetada a Pepe Poyato “Cigarrito” tras pegarle éste una patada? Ya me lo confirmará Pepe la próxima vez que le vea.

En mi casa no había afición al fútbol y no tengo ningún recuerdo de aquella final contra la URSSCCCP en las camisetas- de 1964 con el famoso gol de Marcelino. Yo descubrí el fútbol en 1966, en mi primer año de Bachillerato, internado en el patronato ¿u orfanato? de la Fuensanta –ya derruido- de la calle Ambrosio de Morales 11, de Córdoba, cuando, junto a Miguel Rasero, “carabueno”, a nuestros padres se les ocurrió que aquel era el mejor alojamiento para poder iniciar en Córdoba nuestros estudios fuera del pueblo. Miguel Rasero y un servidor “caramalo” tuvimos el privilegio de inaugurar el nuevo instituto Séneca.

Allí todo el mundo jugaba al fútbol a todas horas –jugaba hasta Miguel- y los domingos por la mañana en el patio se decidía por sorteo quien podía ir al estadio del Arcángel a ver al Córdoba de Simonet, Navarro, Rubio… con Reina en la portería que -¿se lo imaginan?- estaba en Primera División. Yo lo ví en Primera. Me tocó ver dos partidos: el Córdoba-Real Madrid –con gol de la vieja, es decir de Gento- y el Córdoba contra Las Palmas de Tonono y Guedes. Aquel año el Madrid de los yeýes ganó la copa de Europa con goles de Serena y Amancio contra el Partizán de Belgrado.

Real Madrid, 1966

Y aquel año el mundial se jugaba en Inglaterra. Duró todo el mes de julio y, seguramente, contribuyó a que aquel verano fuese uno de los menos aburridos que pasé en aquella Doña Mencía de los sesenta. Aquellas claras tardes, tristes y soñolientas de los lentos veranos machadianos. Los partidos de España los vimos en el Lagar, sentados en aquellos taburetes de tres patas de olivo junto a los jornaleros armados con su copa y su media botella de vino de los Lama. Allí vimos como Onega –que después jugó en el Córdoba- nos metía uno de los goles de Argentina. A Suiza le ganamos con goles de Amancio y Sanchís –creo que lo marcó con la barbilla-. Ahora no se habla de la furia española, pero durante mucho tiempo parecía que eso era lo único que teníamos. Y después vino Alemania, la de Beckenbauer –el Kaiser-, Overath y Uwe Seeler (que a pesar de que estaba calvo todavía cabeceaba de manera magnífica). ¿Cómo pudo marcarnos Overath aquel gol?

Overath

Y fuimos eliminados. Pero quedaban buenos partidos de fútbol: el Argentina-Inglaterra -con la dudosa expulsión del capitán argentino- lo vimos en el bar la Rata que coincidió con el Corea-Portugal, de cuya evolución nos llegaban noticias: 0-1; 0-2; 0-3 a favor de Corea hasta que Eusebio empezó la cuenta marcando cuatro goles seguidos –el último lo marcó Simoes-. ¿Era posible en un mundial superar un 3-0? Con Eusebiola perla negra” en el campo todo era posible. Aunque en la semifinal contra Inglaterra –este nos tocó de nuevo en el Lagar de Lama- fue Bobby Charlton quien se llevó el gato al agua. Nota: en aquella selección inglesa jugaba un futbolista cuya fama ha perdurado por la cantidad de patadas que daba en un partido. Se llamaba Stiles. Y llegó la final Inglaterra contra Alemania. No recuerdo ver el partido entero. Creo que lo vimos en el bar de la Plaza, en el bar por antonomasia del pueblo, en el que se podía ver la televisión desde la calle. Y vino aquel gol fantasma que nunca entró. Y perdió Alemania. Esperemos que también pierda hoy y sin que le marquemos ningún gol fantasma. En todo caso si ellos lo marcan, que no les pase como en aquel 30 de julio de 1966 en Wembley.

sábado, 28 de junio de 2008

Perlas del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, 08

Vista de la plaza de Doña Mencía, con el Ayuntamiento al fondo, a principios del siglo XX

Las nuevas Casas Capitulares de Doña Mencía, 1728

Nos referimos obviamente –mire la fecha- al primer edificio que albergó a las casas del Cabildo o Casas Capitulares de Doña Mencía, allá por el año de 1728. Y es que era absolutamente preciso tener una sede digna, eso solicitan los miembros de la corporación municipal –esta expresión no se utilizaba entonces- en la reunión celebrada el 3 de marzo de 1728, pues el quarto que sirve de presente para los cavildos que se ofrecen linda con el Pósito de esta villa –junto a la torre actualmente demolida en los años veinte del pasado siglo- y este necesita dicho cuarto para la ampliazión y recogimiento de granos. Había que aprovechar la ocasión pues Benito Guijarro quiere vender la casa y, a juicio de los miembros del Cabildo, es el sitio más a propósito para la formazión de dhas casas y lindan con dho corral de dho Consejo –el Cabildo ya tenía antes un corral en la plaza del Pradillo en el que se encerraban los toros para los capeos-. Y hasta hoy el Ayuntamiento ocupa una posición central en la plaza por antonomasia del pueblo, la antigua plaza del Pradillo.

Dibujo del Pósito, anejo al Castillo de Doña Mencía.
Actas Capitulares de 1758.

Perlas del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, 07


Texto extraído del acta de cabildo de 13 de junio de 1753. AHMDM

El nuevo Corregidor debe impedir que en el pueblo haya vicios, escándalos y mujeres de relajada vida, 1753

Así consta en el título que presenta el nuevo corregidor de Doña Mencía D. Antonio Gamir Ramírez de Arellano, vecino de la villa de Priego, nombrado por el señor de la villa el Excmo Señor Conde de Oñate, Duque de Sessa y Vaena, mi señor. El cabildo municipal en que se recibió al nuevo Corregidor de la villa de Doña Mencía se celebró el 13 de junio de 1753, en el que tras prestar juramento, el señor Dn Juan Joseph Roldán Galiano, alférez mayor y teniente de corregidor de la villa de Doña Mencía, le entregó la bara alta de Justicia. En el título del nombramiento se expresan las obligaciones del nuevo Corregidor, entre las cuales figuran las de conservar los términos de la mencionada villa que se renueven sus mohones y linderos… y , asimismo, se encargará de cuidar las escuelas públicas en que se enseña a los niños la doctrina cristiana, leer y escribir y zelareis la conservación de los Hospitales, posito y Propios de la rreferida mi villa sin permitir que en el distrito de buestra Jurisdizion haiga vizios, escandalos, ni mugeres de relaxada vida, como ni tampoco garitos, ni juegos, por hordenes Reales y pragmaticas de estos Reinos.

Y desde entonces Doña Mencía es una de las villas, cuyos vecinos son modelo en el cumplimiento de sus deberes morales como súbditos honrados y cumplidores de la moral.

sábado, 21 de junio de 2008

Perlas del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, 06

Vista de Doña Mencía desde la vía férrea a princioios de los 80

Noticias sobre el primer maestro escuela del pueblo, 1632

¿El primer maestro? Bueno, el primero cuyo nombre aparece citado en el Libro del Concexo de la villa de Doña Mencía que a de estar en poder del escribano de ella por mando de don Juan Delibro corregidor de la billa de Baena y estado en el año de 1615. Así comienza el libro que recoge las Actas Capitulares de las reuniones de Cabildo de Doña Mencía, cuya jurisdicción, hasta 1654, dependía de Baena sometida al mismo señor, el duque de Sessa y Baena. El libro recoge las actas desde el 19 de noviembre de 1615 y su finalidad principal era hacer constar todo lo relacionado con la buena administración de la villa y las penas que se deben imponer a los no cumplidores.

Las primeras actas de las reuniones de Cabildo nos suministran información muy interesante sobre los arrendamientos de los pastos del término –el ramón de la dehesa del Castellar se remató en Fernando Ortiz de Porras por el 29 de noviembre de este año de 1615 hasta el domingo de Ramos de 1616 en 36 reales pagados el dicho domingo- o que en la villa sólo hay –acta de 15 de enero de 1618- un tienda de especería azúcar, cintas y papel blanco cuyo pago como derecho de veintena –que cobraba el señor- ascendía a 44 reales-.

Ya comentaremos algunos otros aspectos interesantes sobre la Doña Mencía de principios del siglo XVII.

En el acta correspondiente al año 1632 y con fecha de 21 de agosto se expone que ha llegado al pueblo Gerónimo Martones al que se nombró maestro de enseñar a leer y escribir y contar a los niños y buena doctrina, por cuya parte se le ha significado padecen necesidad por ser lugar corto y de pocos vecinos y que no puede pasas sin que se le de alguna ayuda de costa acordaron pareciéndoles ser justo dar al dicho maestro el tiempo que asistiera en el dicho oficio tres ducados cada un año de salario…

¿Cuánto tiempo estuvo en el pueblo? No sabemos mucho del tal Gerónimo ni cómo atendía a la diversidad en su aula. ¿Cómo alcanzaba las competencias básicas su alumnado? Aunque la pregunta principal es ¿cómo llegaba a fin de mes?

viernes, 20 de junio de 2008

Sombras chinescas, Valera y Ava Gadner

Luis Valera Delavat, segundo hijo de Juan Valera
Fuente: www.cervantesvirtual.com

No sé si recordarán los lectores de este blog aquel delicioso juego literario-cinematográfico que Juan Marsé publicaba hace años en El País. Marsé semanalmente retaba a sus lectores a que encontraran la relación entre dos personajes aparentemente en las antípodas (por ejemplo, Joselito y Francesca Bertini). Una feliz coincidencia me ha hecho establecer una relación entre Valera y Ava Gardner. Es el reto que estoy tentado de proponer a mis pacientes lectores.

Pero, bueno, allá va la solución:

Como todos sabrán Luis Valera Delavat (1870-1926) fue hijo de Juan Valera; como su padre, fue diplomático y notable escritor. Entre sus obras se encuentra Sombras chinescas (hay reedición de 2004 en Ediciones Nausícaä. También se puede consultar completa pinchando aquí). En plena guerra de los bóxers Luis Valera fue enviado a China en labores diplomáticas; es precisamente esta experiencia la que nos relata en el libro citado.

Sobre esta guerra se rodó en Madrid a principios de los 60 la superproducción 55 días en Pekín. Su protagonista… la divina Ava Gardner.

Autor de la entrada: David Pérez Merinero

jueves, 19 de junio de 2008

Perlas del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, 05

Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Alberto Durero. 1497-98.
Fuente: www.wga.hu

1800, Edicto para preservar al pueblo de los efectos del contagio

Los cuatros jinetes del Apocalipsis (la guerra, la muerte, el hambre y la peste) rondaron con demasiada frecuencia la España del pasado. Así, a comienzos del siglo XIX una parte de Andalucía se vio afectada por distintos brotes epidémicos y sus efectos también llegaron a nuestro pueblo. En el Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía se conservan numerosos expedientes que contienen todos los documentos de las Juntas de Sanidad que a tal efecto se constituían. En este blog también hemos aludido a las epidemias que asolaron nuestro pueblo en los siglos XVII y XVIII –ver la entrada epidemias-.

Adjuntamos un fragmento del edicto mandado publicar por las autoridades municipales que formaban la Junta de Sanidad de Doña Mencía en la reunión celebrada el 27 de septiembre de 1800. El fantasma de la peste amenazaba de nuevo Doña Mencía y, como medio para defenderse de sus funestas consecuencias, se decide elevar rogativas y hacer un procesión el 5 de octubre.


EDICTO
El incesante desvelo que este Concejo y Junta desea preservar a estos vecinos del Contagio de Peste en que la actualidad por la infinita voluntad y misericordia de Dios Nro Deñor se haya libre este Pueblo hace adoptar todos los medios oportunos para precaver las funestas consecuencias que serían irremediables si la divina majestad descargase sobre esta villa y sus habitantes el brazo de sus justicia: Ello es que con el mayor dolor, experimenta su rigor la ciudad y plaza de Cádiz, puesto de su bahía Sn Lucas y otros cuyos abitantes se hayan sumergidos en la mayor aflicción y desgracia conceptuándose víctimas de un Dios enojado y ofendido por los pecados de los hombres: ¡qué sería de los vecinos de esta villa de Dª Mencía si experimenta igual destino biesen en breves oras faltar de su lado ya al Padre, la Madre, la esposa o el hijo querido con quanto dolor no vería de lejos unos espectáculos tan dignos de la mayor compasión sin tener livertad para consolarles en su última hora para no poder a su lado llorar su triste situación! El amor al proximo y a nosotros mismos no deja duda harán conocer los efectos de una escena tan funesta y dolorosa.
A este fin como principal remedio para contener el azote de la majestad divina ha determinado dho Ayuntamiento con anuencia de su M R Mtro Ex Pro pl fr. Josef Dias Prior del Convento Parroquial de esta villa se hagan rogativas a Dios ntro Sr por termino de nueve dias con Presesión Gral el cinco del proximo octubre para que por medio de ellas y de la interposición de la soberana Reyba de los Ángeles María Sra Nra de Consolación y Sr San Pedro Mártir de Verona patronos de esta villa y del Sr Sn Sebastián se digne difundir sus piedades en este Pueblo y demás del Reyno y asimismo ha resuelto que por estos vecinos se observen los particulares siguientes: …

A continuación figuran las medidas que deben tomarse para evitar que el brote llegue a nuestro pueblo. De ellas hablaremos en próximas entradas. El texto, aunque largo, merecía se trascrito en su totalidad.

AHMDM Leg. 245. R-5828. Año 1800.

miércoles, 18 de junio de 2008

Perlas del Archivo Histórico Municipal de Doña Mencía, 04

El reducido término de Doña Mencía y la falta de grano 04

En el acta capitular del 7 de junio de 1753 –hace 255 años- y respondiendo –con toda verdad- a una carta del corregidor de Córdoba, en cuyo interior se incluía otra del Asistente de Sevilla, se afirma, en su capítulo uno, que el término de Doña Mencía es mui corto que por lo más dilatado tiene un cuarto de legua y por otras partes menos y así la siembra dél es mui limitada y nunca alcanza para el avasto común que siempre se surte de otros pueblos por lo que todos los años es mediana la cosecha de granos y semillas y en el presente -1753- mui estéril así por lo que toca a trigo y cevada como de dhas semillas por la mucha falta de lluvias.

Y así hasta hoy. Nuestro término es uno de los más pequeños de la provincia y en el que la superficie dedicada a grano, en la mayor parte de los años, no conseguía abastecer la población de Doña Mencía por lo que, con demasiada frecuencia, acudíamos a comprar trigo en las villas cercanas, sobre todo Baena. A partir del siglo XIX, las cosas van a cambiar.